La pandemia adquiere velocidades diferentes en función del país que se pretende analizar. No obstante, todos ellos tienen un factor común y no es otro que las incógnitas ofrecidas la recesión económica prevista.
Existen los más pesimistas que se ven abocados a la miseria, alegando a las voces que advierten de la existencia de la crisis más grave de la historia. Por otra parte, tenemos a optimistas que ven una oportunidad de oro para restablecer las bases para un futuro más próspero. El segundo grupo pone las miradas a un país concreto que supo transformar su ruina en gasolina para crear un modelo económico de éxito.
El ejemplo más claro es Irlanda. A día de hoy, está catalogado como uno de los más exitosos de la Zona Euro. Además, su plenitud económica no merma su condición democrática ni cultural. No es para menos, ha mejorado su PIB en la Zona Euro un 75,40 % entre 2009 y 2008, siendo el país que ha experimentado mayor incremento del mismo.
Cabe destacar que el país irlandés ha sido testigo de algunos de los mejores grupos de la historia: U2, The Script, The Coors o Van Morrison, entre otros. De este modo, siguiendo la Unidad de Inteligencia de The Economist, es la sexta democracia más avanzada del mundo.
Sin embargo, su aspecto más destacado ha sido la bajada drástica en términos de deuda por el PIB generado anualmente. Según Expansión, en 2014 se encontraba con un PIB del 104,40% y un año más tarde quedó reducido a un 76,70%. A día de hoy, queda situado en un 63,60%.
¿Qué ha ocurrido para que haya ocurrido semejante fenómeno y qué pueden aprender el resto de países? No solamente se fomentó mayor influencia al sector privado, también se comenzó a construir la casa desde la base.
Para empezar, se comenzó a trabajar concienzudamente en el sector primario, el de la agricultura, que representa 1% del PIB y emplea a 6% de la población activa. Para ello, se optó por llevar a cabo severas medidas. Una de ellas fueron la reducción del sueldo de los funcionarios, pensiones, prestaciones sociales, IVA y elevamiento de la edad de jubilación. Al fin y al cabo, el déficit público era el problema primordial en el país y había que establecer las medidas pertinentes para paliarlos.
Además, se impulsó la inversión de grandes empresas por su baja presión fiscal, permitiendo su establecimiento en el país. Según la BBC, esta tendencia se debe a la tasa de impuestos corporativos que se aplica allí: 12,5%, la más baja en un país desarrollado.
De este modo, multinacionales como Intel, Dell, Google, Hewlett Packard, Facebook, Apple, Primark, Johnson and Johnson y Pfizer han nutrido el índice de empleo. Al mismo tiempo, han promovido ofertas atractivas de estudios de máster y de incentivo del I+D.
Las consecuencias comenzaron a verse notar allá por 2015, año en el que gran parte de las economías comenzaron a ver luz al final del túnel. Según la Oficina Central de Estadísticas de Irlanda, el empleo aumentó un 2,6 %, el consumo personal en bienes y servicios se incrementó a un 4,5 %, las ventas a comercios minoristas fue ampliada a un 8,2 % y el PIB vio ascender hasta un 26,3 %.
Pero claro, este aumento debe resultar sostenible a largo plazo. Para ello, ha sido necesaria la puesta en escena de una fórmula matemática imprescindible: el modelo de crecimiento de Solow.
Es importante saber que una de sus bases es estudiar el propio crecimiento sin contar con el comercio internacional. Entonces, ¿Cómo fueron posibles las inversiones de grandes cantidades de empresas extranjeras?
Resulta paradójico, pero el ahorro es una de las claves para atraer el tejido empresarial que engrandezca el territorio. De este modo, con lo guardado, se procede a la inversión que al mismo tiempo, otorga capital suficiente para mejorar la producción.
La ejecución ha sido sublime. Sin embargo, existen dudas sobre su continuidad a largo plazo. No solamente acecha un periodo de recesión debido al auge del COVID-19, también puede verse afectada por el Brexit. Según reconoció Standard & Poor’s, las exportaciones irlandesas al mercado británico equivalen a un 8,5% del PIB de la República. Sin embargo, el Gobierno ya tomó medidas preventiva como la inversión de 1.200 millones de partida, de los cuáles, 650 estarían destinados para el sector agrícola, sobre todo en la producción del vacuno, consolidando su capacidad de abastecimiento propio.
Sin embargo, todo está por decidir. La Historia da giros impredecibles, pero queda marcada como pedagogía del presente. ¿Existirá el país dispuesto a replicar el modelo económico irlandés?
