Donald Trump y Joe Biden siguen batallando los últimos estados después de una noche que dejó a las encuestadoras como las grandes derrotadas de Estados Unidos.
Estados Unidos arranca un nuevo día sin conocer a su próximo presidente después de una trepidante noche electoral. Lo que apuntaba a ser un camino de rosas para Joe Biden se convirtió rápidamente en una montaña rusa que por momentos pareció que terminaría en una reelección de Donald Trump. Una velada electoral de las más agitadas que se recuerdan y que en estos momentos centra sus ojos en Michigan, Nevada, Wisconsin y Pensilvania para elegir al nuevo presidente estadounidense.
Tal y como apuntábamos ayer en TimeJust, Joe Biden partía con una gran mano en estas elecciones. Solo una sorpresa mayúscula o un gran descalabro en las encuestas podría dar alas a Donald Trump. No hizo falta que pasarán muchas horas para que los republicanos recibieran las primeras buenas noticias con una sorpresiva victoria en Florida. Uno de los «Swing State» por excelencia de estas elecciones se balanceó durante varias horas entre ambos partidos hasta teñirse de rojo republicano.
Un primer golpe a favor de Donald Trump que pese a no ser clave en los primeros compases de la noche electoral, si nos deparó muchas pistas. La aproximación de republicanos a demócratas en el condado de Miami-Dade nos mostraba que una parte importante del voto latino se había decantado por parte del actual presidente, sembrando las primeras dudas entre las filas demócratas.
Con el avance de las corras y el cierre de los colegios electorales del Mid-West, Donald Trump empezaba a consolidarse como un rival a tener en cuenta. Los 8´5 puntos de ventaja que le daban las encuestas a Biden horas antes del inicio de la jornada electoral parecían haberse esfumado y la esperada «blue wave» se desvanecía con el paso de las horas y el avance de los escrutinios.
Republicanos y demócratas se anotaban sus respectivos estados seguros y toda la atención se centraba en menos de una decena de territorios que tendrían las llaves de la Casa Blanca. Con la madrugada bien entrada en España, el temor y las dudas eran la nota dominante entre todos los analistas políticos. Tales eran las posibilidades de una victoria de Donald Trump que el Yen chino se desplomó después de un ascenso en las últimas jornadas confiando en la futura presidencia de Joe Biden.
Después de las victorias de Donald Trump en estados clave como Florida o Texas, la batalla en Estados Unidos viraba hacia los estados bisagra. Joe Biden solo necesitaba adjudicarse dos de ellos para llegar a los 270 votos electorales necesarios para llegar a la presidencia, pero ni los mercados ni las casas de apuestas confiaban en un demócrata que empezaba a empequeñecerse.
Si las esperanzas de Donald Trump en una reelección parecían coger forma, la noche americana empezó a demostrar que fue solo un espejismo. Las ventajas de Trump en Wisconsin y Michigan empezaban a antojarse insuficientes cuando los votos por correo empezaron a contabilizarse y demostrar la tendencia demócrata en la única predicción que se cumplió anoche en Estados Unidos.
Con el inicio del descenso de Trump, el presidente salió ante las cámaras para autoproclamarse vencedor de las elecciones. «Ha sido una gran noche. Estamos listos para ganar estas elecciones» fueron las declaraciones de un Donald Trump que no dudo en afirmar que en caso de una derrota, quedaría claro que estas elecciones habrían sido un fraude para los norteamericanos. Declaraciones que no han sentado bien entre unas filas republicanas que se han apresurado en criticarlas a través de figuras destacadas como la de Ben Shapiro.
Nevada, Michigan, Wisconsin y Pensilvania
Con gran parte del pastel electoral repartido, estos cuatro estados iban a tener la clave. El voto por correo y el de los «suburbs» de las grandes capitales empezaba a dar alas a un Joe Biden que recortaba rapidamente los ventajas que había ido cosechando Trump a lo largo de la noche. La balanza en Estados Unidos volvía a decantarse del lado demócrata en lo que para muchos era el golpe final de estas elecciones 2020.
Nevada anunciaba con una diferencia entre ambos candidatos de menos de 10.000 votos que paraba el recuento hasta las 9 de la mañana del jueves. Con esta noticia, Joe Biden ponía todas sus esperanzas en Michigan y Wisconsin, dos estados que en estos momentos siguen contando votos y que parece que finalmente caerán del lado demócrata.
Donald Trump inicia la batalla legal
Uno de los temores de la noche era la negativa de Donald Trump para aceptar un resultado adverso. Temores que muy pronto empezaron a confirmarse cuando en mitad de la noche electoral, el equipo de Trump interpuso una primera demanda en Pensilvania buscando entorpecer un proceso electoral que en esos momentos se antojaba contrario a los intereses del Partido Republicano.
Una demanda inicial a la que se le ha sumado hace unos minutos Wisconsin. Uno de los estados que estuvo en disputa toda la noche y que ahora Donald Trump ha reclamado un nuevo conteo de los votos. Con una ventaja de poco más de 20.000 votos para Joe Biden, esta estrategia de Trump podría ser solo el primer paso de unas medidas que replicaría en todos los estados con un resultado igualado.
