El PIB cae un 5,2% en el primer trimestre del 2020. La mayor caída desde que el Instituto Nacional de Estadística empezó a recopilar estos datos en el 1970.
El primer impacto económico que podemos observar por la crisis del COVID-19 cuenta ya con datos. Según el INE, el PIB español del primer trimestre cae un 5,2%, la mayor caída documentada desde que se tienen datos, siguiéndola en segundo puesto la caída del primer trimestre del 2009 de un 2,6%.
Estas cifras son peores que las estimaciones realizadas por el Banco de España, que preveían una caída del 4,7%. Además, tampoco se registraban datos negativos en el PIB desde finales del 2013.
Es importante destacar también el descenso trimestral del consumo de los hogares, un 7,5% hasta marzo. Tanto la inversión como las exportaciones e importaciones también descienden, un 5,8% y un 8,4% respectivamente. Sin embargo, el gasto público se dispara llegando a su mayor crecimiento en 12 años, el 1,8% y llega a su mayor alza interanual desde 2009.
Por otro lado, 102.000 empleos han sido destruidos en un año ya que, como señala el INE, ante esta situación es más relevante usar el número de horas trabajadas para medir la evolución del empleo, que registra una caída del 5% en comparación con el trimestre anterior. En términos de puestos de trabajo, el descenso de puestos a tiempo completo es del 1,9% y de puestos a tiempo parcial un 3,1%.
Asimismo, la construcción se desploma. Tanto la oferta como los servicios. El valor añadido bruto de la construcción ha caído un 8,6% frente al trimestre anterior, mientras que los servicios sufrieron una contracción del 4,1% frente a la contracción del 2,4% del trimestre anterior.
A la construcción también le sigue la industria y la agricultura. La industria disminuyó su valor añadido un 2,2%, frente a la disminución del trimestre anterior, 1,2% y la agricultura, que también retrocedió pero un 2,5% menos en comparación con el 5,4% de contracción del trimestre anterior.
En este primer trimestre, casi todas estas ramas destruyeron empleo exceptuando a la industria, que experimentó un aumento interanual del 0,8%. En el sector servicios el empleo también disminuyó, aunque sólo un 0,1%.
El empleo asalariado decreció un 0,8% interanual y su remuneración pasó de crecer un 4,5% a un 2,8%, consecuencia del aumento de asalariados y del avance su remuneración media, del 1,9% al 2%, lo que ha provocado un aumento del coste laboral.
Esta situación insólita en todo el mundo propone un gran desafío a instituciones como el INE a la hora de crear métodos de estimación de los datos económicos trimestrales. Sin embargo, están utilizando todos los recursos disponibles, como las recomendaciones de Eurostat y otros organismos estadísticos internacionales, para afrontar mejor el desafío estadístico que se les presenta.