El Parlamento británico vuelve a rechazar el acuerdo de salida de la Unión Europea alcanzado este lunes ‘in extremis’ entre la primera ministra, Theresa May, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, sigue sin contar con los apoyos necesarios en el Parlamento para el divorcio con la Unión Europea. Con 391 votos en contra y 242 a favor, la cámara ha rechazado la nueva propuesta, que había sido negociada con la Unión durante la noche de este lunes, horas antes de la votación.
«Quiero ser muy clara: votar en contra de una salida sin acuerdo y a favor de la extensión no resuelve los problemas a los que nos enfrentamos. La UE querrá saber las razones por las que esta cámara quiere esa extensión. ¿Quiere un segundo referéndum?», ha afirmado airadamente tras el rechazo de Westmister.
May ha intentado convencer, sin éxito alguno, -como de costumbre- al resto de partidos y los críticos del Partido Conservador que lo pactado con Europa ofrece garantías «legalmente vinculantes» para poner fin a la figura legal creado para la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, y que esta no se extienda por un periodo indefinido. La problemática entre las dos Irlandas ha dividido completamente al Partido Conservador y al resto del Parlamento Británico, y paralizado así la política británica.
Consciente de su precaria situación -tensión que acumula desde hace meses- ha afirmado que está «avocada a respetar el resultado del referéndum, pero sé que la mejor manera de hacerlo es de manera ordenada con el acuerdo». Ha sido contestada por Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista y Jefe de la Oposición: «El Partido Laborista ha puesto sobre la mesa una propuesta y la pondremos otra vez porque el daño al que hace referencia no es tanto como el peligro que supondrá esto a la economía británica». Corbyn ha vuelto a insistir con la celebración de elecciones anticipadas. Los laboristas ya se posicionaron a favor de un segundo referéndum.
La Cámara de los Comunes votará este miércoles por un Brexit sin acuerdo, que tendría consecuencias imprevisibles. Si tampoco la cámara se decanta por un Brexit duro, el jueves se celebrará una nueva votación para retrasar la fecha de salida prevista de la Unión Europea: 29 de marzo. Esta parece ser la opción que más apoyos suscita y que daría tiempo a May a seguir pactando con Europa, y buscar los apoyos suficientes para continuar en Downing Street.
