El Parlamento británico rechaza un Brexit sin acuerdo. La Cámara de los Comunes ha votado hoy en contra de un Brexit duro por solo cuatro votos.
La división de la política parlamentaria se agrava ante lo ajustado del resultado de la votación del miércoles sobre una posible salida de la Unión Europea sin acuerdo. Solo cuatro votos: 312 frente a 308 votos han salvado a Reino Unido de lo que sería abandonar la UE sin un marco legal pactado entre el Ejecutivo británico y Bruselas.
El Parlamento va así más allá de la moción propuesta por Theresa May, premier, que no descartaba completamente la salida por las bravas de la UE. Westimester ha ampliado esta propuesta y ha votado a favor de una salida con acuerdo sí o sí, en cualquier circunstancia.
Cabe destacar que la primera ministra de Reino Unido tuvo que ser sustituida en su defensa de la moción en la votación de esta tarde por el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, al quedarse sin voz Theresa May. Hay quienes ven en esto una gran metáfora del fin de May en el cargo, tras su fracaso en las negociaciones con el Parlamento para que el país abandone la Unión. Gove defendió una opción parlamentaria que sorprendió a los asistentes en Westmister: los parlamentarios podían presentar “mociones indicativas” que parece reflejar el abandono del Gobierno al acuerdo reedifinido con Juncker, que fue rechazado ayer por el Parlamento.
El Gobierno propuso otra moción al acuerdo con Europa que pretendían apaciguar las voces -y votos- críticos entre las filas de los tories. Proponían retrasar la fecha de salida de la UE, negociando bilateralmente con los diferentes países comunitarios e imponer un Brexit sin acuerdo. Algo que se había rechazado en Bruselas hace meses.
La Cámara de los Comunes se pronunciará mañana, jueves sobre si el Gobierno solicita o no a Bruselas una prórroga de la fecha de salida, oficialmente el 29 de marzo. Algo que, según la prensa británica, la mayoría de los parlamentarios votarán a favor. Pero el Gobierno aún no sabe cuánto tiempo y qué margen podrá conseguir dentro y fuera de sus fronteras para renegociar con la Unión. Más difícil será descubrir si Bruselas cederá sin conocer cuánto tiempo necesita Reino Unido.