El Capitolio, pese al asalto, ratificó ayer la victoria de Joe Biden. Donald Trump, finalmente, ha admitido una transición pacífica del poder al demócrata.
Donald Trump nunca aceptó el resultado de las elecciones. El multimillonario estadounidense, desde antes de los comicios, azuzó el fantasma de la manipulación electoral. El todavía Presidente de los EEUU inició una agria campaña política contra su rival, Joe Biden.
La terrible e irresponsable gestión de la pandemia por parte del líder republicano, sumados a los disturbios provocados por la muerte de George Floyd, no hicieron sino socavar sus posibilidades de ser reelegido como Presidente. La tensión social en EEUU aumentaba, y su Presidente, en vez de apaciguarla, la avivaba.
Trump no apaciguó la tensión
Esto se vio muy reflejado el día de las elecciones. Tras el cierre de los Colegios Electorales, Donald Trump y su equipo intentaron numerosas acciones legales para parar el recuento. Finalmente, su rival, Joe Biden ganó las elecciones.
Trump y su entorno nunca aceptaron la derrota en las elecciones. ‘Nos han robado las elecciones’ era lo más repetido por el Presidente en funciones, que, según palabras de Joe Biden, estaba intentando boicotear la transición de poderes. Sus seguidores estaban muy tensos.
Esta tensión social se vio reflejada durante el día de ayer. Seguidores de Donald Trump asaltaron el Capitolio estadounidense, justo cuando se reunían para ratificar la victoria de Joe Biden. Fallaron muchas cosas: protección policial, previsión de los servicios secretos…pero, sobre todo, falló la responsabilidad de un Presidente que no supo frenarlo a tiempo.
El asalto al Capitolio fue un suceso inédito
Tras los sucesos del Capitolio, algo inédito en las democracias modernas, las dimisiones en su equipo de gobierno, así como en el Partido Republicano, se sucedieron. La tensión aumentaba, y el Presidente seguía sin condenar la violencia y reconocer su derrota. De hecho, Twitter borró su cuenta durante 12h.
Finalmente y minutos después de la ratificación de Joe Biden, Donald Trump emitió un escueto comunicado por redes sociales. Lo hizo a través de la cuenta de un asesor, Dan Scavino. «A pesar de que estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones, y los hechos están de mi lado, sin embargo, habrá una transición ordenada el 20 de enero» ha comenzado.
«Siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurar que solo se contaban los votos legales. ¡Aunque esto representa el fin del mejor primer mandato en la historia presidencial, solo es el comienzo de nuestra lucha para Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo!»
El presidente norteamericano sigue sin condenar la violencia sucedida durante el día de ayer. Los congresistas tuvieron que ser evacuados y protegidos, y una mujer que participaba en el asalto falleció por un disparo, aunque las cifras iban aumentando.
¿Qué falló ayer?
¿Qué sucedió ayer? ¿Error policial? Es bastante posible que los sucesos de ayer podrían haberse evitado con un mejor dispositivo de seguridad, pues los efectivos policiales eran escasos. Sin duda, lo que falló de verdad es el Presidente. Donald Trump, desde que llegó a la presidencia, ha aumentado la tensión de forma exponencial. Esta tensión se ha visto agravada por la pandemia y los disturbios raciales. Y, en vez de apaciguar las aguas, tras las elecciones, Trump no supo (o no quiso), siguió aumentando la tensión.
Es indispensable que tomemos nota de lo sucedido ayer en el Capitolio estadounidense. No es algo espontáneo, un suceso aislado, sino algo perfectamente planificado que tiene un origen y una causas que pudieron evitarse. Los dirigentes políticos tienen la obligación y el deber moral de trabajar para evitar que vuelvan a suceder hechos así.
