Según datos de la Seguridad Social, la media de extranjeros que estaban afiliados ha sufrido un decrecimiento. Esto significa que se han visto afectados por el cese de actividad provocado por la COVID-19.
Los trabajadores que se dieron de baja en la Seguridad Social comportó un descenso del 2,4% del total del Régimen General. Éste incluye desde Actividades Sanitarias hasta sectores como la Información y la Comunicación, que salen sumando afiliados. Las Actividades Financieras y de Seguros, así como las de Suministro de Energía han sumado también afiliados extranjeros. Los sectores que han terminado restando afiliados han sido la Administración Pública y, sobre todo, la Hostelería.
Por Comunidades Autónomas, la afiliación restó, en términos intermensuales, en todos los puntos del Estado, excepto en Andalucía, Murcia y Baleares. El resto ha sufrido un descenso de empleo extranjero que ha sido abultado en comunidades tales cómo Canarias, La Rioja y Castilla-La Mancha.
Consecuencias socio-económicas
El empleo ha descendido como causa de los despidos colectivos (sean temporales o no), provocando que millones de personas se queden sin trabajo. Sin embargo, hay lugares en los que, a pesar de eso, la afiliación de extranjeros se incrementa.
La explicación a este fenómeno es muy sencilla. Los trabajos que no se realizan por españoles las realizan personas extranjeras en muchos sitios. Sobre todo en los casos como la agricultura y el suministro energético. Por eso, en sectores como la ganadería y la construcción se han visto tan afectadas por el cese de actividad, pero a la vez se han beneficiado de la mano de obra foránea.
La afiliación ha descendido en términos de gente de nacionalidad española, pero en lo que se refiere a trabajadores extranjeros, casos sobretodo precarios, no se ha visto muy afectado en algunos sectores.