La derogación de la reforma laboral de 2012 era la gran promesa electoral tanto de PSOE como de Unidas Podemos y uno de los puntos fundamentales del acuerdo de Gobierno. Sin embargo, llegar a un acuerdo para llevar esto a cabo está siendo un camino muy engorroso.
PSOE vs. Unidas Podemos, Nadia Calviño vs. Yolanda Díaz, Reconstruir vs. Derogorar… Sea como sea, uno de los puntos en el que ambos partidos parecían estar de acuerdo durante la campaña electoral se ha acabado convirtiendo en otro gran enfrentamiento.
Tras varias semanas de dolores de cabeza para ambos partidos, finalmente se llegó a un acuerdo en base al cual comenzar a trabajar en el que tanto PSOE como Unidas Podemos parecen coincidir.
Primacía del convenio social
Ambos partidos quieren que el convenio social vuelva a tener más importancia que el de la empresa para evitar que se utilice para tener a los trabajadores en unas condiciones precarias. Los sindicatos defienden esta medida asegurando que reequilibra la negociación colectiva, mientras que las patronales aseguran que la situación actual ayuda a flexibilizar el mercado.
Ultraactividad indefinida
La reforma laboral de 2012 limitó la ultraactividad de los convenios colectivos a un año. Ahora, Unidas Podemos y PSOE quieren que se alargue de forma indefinida para favorecer que los trabajadores puedan volver a negociar con las empresas.
Revisión de la subcontratación
El objetivo de controlar la subcontratación es evitar que haya devaluación de las condiciones laborales y la precarización, como ocurre, por ejemplo, con las kellys. Para ello proponen que el colectivo a aplicar sea el del sector de la actividad que se ejecuta o subcontrata.
Endurecer los cambios de los empresarios unilaterales
El Gobierno quiere hacer más difícil que los empresarios puedan llevar a cabo cambios en las condiciones laborales de los trabajadores de forma unilateral. También buscan acabar con las comisiones ‘ad hoc’ que tienen muy poco poder frente al de la empresa en estas negociaciones.
Otros desacuerdos
El contenido del texto no ha sido el único punto de desencuentro entre ambas formaciones. Mientras que los de Pedro Sánchez apostaban ya desde antes de la coalición por reformar solo las cuestiones más perjudiciales para los trabajadores, los de Yolanda Díaz apostaban por una derogación de la ley para recuperar «los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012».
Esta medida ya se puso sobre la mesa en 2020. Sin embargo, ambos partidos estaban sumergidos en una intensa negociación para llegar a un acuerdo cuando la situación sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus obligó a dejar la reforma laboral a un lado.
A pesar de ello, en el Plan de Recuperación enviado a Bruselas se enviaron algunas medias para acabar con problemas estructurales que dejaban ver algunos de los aspectos que se iban a tratar en la derogación de la reforma laboral: acabar con la excesiva temporalidad, revisar los contratos de formación, creación de ERTE permanentes que eviten despidos masivos…
Ahora, ambos partidos tienen por delante un largo camino que recorrer para derogar, o reformar, la reforma laboral y llegar a acuerdos tanto con los sindicatos como con las patronales.