El 22 de febrero se celebra el Día Internacional de la Igualdad Salaria. Pero, a día de hoy, la brecha salarial es abismal.
Según la OIT, la brecha salarial en España se sitúa alrededor del 15%. Pero esta tasa se dispara si se comparan los sueldos mensuales, hasta el 23’2%. Gran parte de mujeres trabajan con contratos parciales, y las diferencias en las condiciones contractuales entre ellas y sus compañeros son bastante grandes.
Con el objetivo de reivindicar esta brecha salarial, la Comisión Europea celebra en noviembre como Día Europeo por la Igualdad Salarial, desde 2008. Se escogió este mes, sin fecha fija, pues se considera que, desde principios de noviembre, y hasta finales de año, las mujeres trabajan gratis, debido a la diferencia salarial. En 2018, una mujer tendría que trabajar 58 días más que sus compañeros para igualarse salarialmente a ellos.
La media europea para la brecha salarial corresponde al 16,2% y, para el mes trabajado, 25’6%. Tomando esta media, países como Reino Unido, Finlandia o la vecina Portugal están por encima de España. Por debajo se sitúan países como Italia, Luxemburgo o Bélgica.
La media europea de brecha salarial está en el 16’2%. España está en la parte media de la tabla comunitaria
Uno de los motivos de esta desigualdad salaria, viene causada por la tradicional carga familiar de las mujeres. Las mujeres le dedican una mayor parte del tiempo a las labores de conciliación familiar, una parte del trabajo no remunerado. Al verse obligadas a conciliar, las mujeres recurren a trabajos parciales, muchas veces precarios y mal remunerados. Esta situación viene causada, además, por el nulo compromiso institucional de apoyo a la conciliación.
Con el objetivo de reducir esta lacra, la Inspección de Trabajo ha tomado cartas en el asunto. Ha iniciado una recogida masiva de datos, con el objetivo de sancionar a las empresas que discriminen salarialmente por sexos. Aunque, según muchos inspectores, la desigualdad salarial ya no es tan evidente. Muchas veces no depende del sueldo base, sino de los denominados complementos salariales, que se distribuyen de forma discrecional. Las sanciones irán de los 6251€ hasta los 187515€, y podría incurrir también en pérdidas de ayudas y bonificaciones.
Esta brecha salarial es uno de los motivos esgrimidos por las asociaciones feministas para ir a la huelga, el 8 de marzo. Ya se ha vuelto a convocar paro general de mujeres, con el objetivo de demostrar que, si paran ellas, el mundo se para.