Puede que la labor del periodista se complique cada día más. Tal vez, exista cada vez menos libertad para difundir una información objetiva y veraz
Cualquiera diría que el Consejo de Informativos de Televisión Española lograría algo tras manifestar su descontento en repetidas ocasiones. El mismo organismo que presionó a varios partidos políticos para cambiar la ley de elección de la cúpula de Radio Televisión Española (RTVE), objetivo que finalmente consiguió, ha vuelto a las andadas tras las polémicas normas de supervisión de la entidad pública.
“El secreto profesional es uno de los pilares de la libertad” expresan en un comunicado los integrantes de los Consejos de Informativos de TVE y RNE. Y esto lo dicen después de que RTVE anunciara su intención de “supervisar” los correos electrónicos de sus empleados. Además, los trabajadores del sector piensan que la nueva normativa vulnera el derecho reconocido en el artículo 20.1.d. El apartado hace referencia al poder exclusivo de la Ley para “regular la cláusula de conciencia y el secreto profesional”. Por tanto, el Consejo de Informativos no considera legítima la normativa de la entidad, como es lógico.
RTVE pretende controlar los correos electrónicos de los periodistas
Sin embargo, por si fuera poco, el Consejo de Administración de RTVE va más allá. Con la nueva política se podrá rastrear toda la actividad de los periodistas. Incluso se ha prohibido el uso de programas de mensajería que no sean suministrados, instalados y configurados por RTVE. Cualquiera podría pensar que la cúpula de la empresa pública pretende atar de pies y manos a sus trabajadores. Como ya explica el texto de la norma, se puede monitorizar cualquier denuncia o queja sobre una actuación empresarial. Las fuentes y relaciones con estas ya no estarán protegidas por el secreto profesional, haciendo peligrar la libertad del periodista.
Y lo peor de todo es que únicamente se han pronunciado al respecto los Consejos de Informativos de RTVE. Si la sociedad no se escandaliza con un tema tan delicado, es que algo falla. Aunque, no se puede ignorar el inmovilismo político. Los mismos partidos que votaron a favor de cambiar la ley de elección de la entidad pública, no han utilizado el nuevo modelo para renovar la cúpula de esta; acción que recrimina el consejo a PSOE, Podemos y Ciudadanos. No hay más lucha que la de los propios trabajadores que sufren directamente dichas políticas restrictivas. Están solos ante un gigante empresarial que no duda de limitar la libertad de sus trabajadores en la aplicación de sus funciones.
El Congreso todavía no ha elegido al presidente de RTVE, a pesar de la demanda de los periodistas de la entidad
Alejandro Caballero, presidente del Consejo de Informativos de TVE, afirma en una entrevista en la Cadena Ser que “los ciudadanos que pagan este servicio con sus impuestos están viendo cómo no se garantiza el derecho a una información plural, independiente y veraz”. Un servicio público no puede derivar a la parcialidad porque se deja atrás la profesionalidad. El problema reside en la ínfima relevancia que la sociedad da a estas actuaciones. En el momento en el que no existe una demanda social de información objetiva y plural, la verdad queda relegada a un segundo plano. Esa misma verdad peligra en detrimento de la información y, sobre todo, de la honrada labor periodística.