El Templo de la Velocidad aguarda un año más al Gran Circo en medio de la celebración de los 90 años de Ferrari y con esperanza que Il Cavallino vuelva a ganar en casa. El Gran Premio de Italia al fin ha llegado este año.
Ferrari no podía llegar a su casa mejor, tras la victoria cosechada en el Spa-Francorchams, de la mano de Leclerc. En el Gran Premio de Italia, buscan la segunda victoria del campeonato en casa, ¿lo lograrán?
Monza, el Templo de la Velocidad
Para el redactor que les escribe, Monza es una parte especial de su vida, un circuito único e inigualable que a todo aquel que tenga en su mano acudir (sea en Gran Premio o no), debe ir.
Se trata de un monumento a la competición de 5.793Km que se erige en el centro del Parco di Monza. Un parque donde pasar el día, pasear al perro o jugar, en cuyo centro tiene una de las mejores pistas del mundo, esta es la principal peculiaridad de este trazado.
El trazado posee 11 curvas destacando la primera variantes, las dos curvas de Lesmo, Ascari y la Parabólica. A este circuito se le conoce como el Templo de la Velocidad por su elevada velocidad media y su enorme velocidad punta, gracias a curvas rápidas y a tres grandes rectas donde llevar al límite las revoluciones del motor.

Manuel Jesús González
Además, perdido en el parque encontramos el viejo Óvalo que rezuma historia por los cuatro costados, algo difícil de encontrar por la caminata que supone, pero merece la pena. Ver el grado de inclinación y pensar como antaño los pilotos se jugaban la vida a altas velocidades sin más seguridad que un guardarraíl.
Como todo Templo, rinde homenaje a sus héroes como es el caso la estatua de Fangio y su Mercedes, donde los aficionados pueden subirse al bólido y rememorar las hazañas del argentino, así como tener a tamaño real a un cinco veces campeón del mundo.
Héroes y leyendas
Es un circuito que tiene anécdotas prácticamente en cada una de sus ediciones. En 2018 vimos la vuelta más rápida de la Fórmula 1 con el giro de Kimi Raikkonen y su Ferrari con un 1:17 que nos dejó sin aliento. Su entonces compañero de equipo voló en 2008 bajo el diluvio con el Toro Rosso para coronarse como el campeón más joven de la historia de un Gran Premio de Fórmula 1.
Fernando Alonso en 2010 anotó la que es hasta hoy la última victoria ferrarista ante los tifosi desatando la locura de una grada que nunca deja de lado al Cavallino. Un Alonso y Vettel que en 2011 y 2012 dieron una clase magistral de como adelantar por sitios imposibles en el Parco, incluso por encima de la hierba.
En esta pista, durante la temporada 2006, Michael Schumacher anunció que su retirada de la Fórmula 1 al final de esa misma estación. Por lo que Monza, no es solo una pista es un lugar donde la historia y el automovilismo se funden para dar lugar a algo mágico, siendo el único circuito que siempre ha estado en cada temporada de la Fórmula 1.
Este fin de semana se celebra el Gran Premio de Italia, y las esperanzas en Ferrari están puestas sobre sus pilotos y sobre los ‘Tifosi‘.