Todos los equipos por unanimidad han decidido retrasar la llegada de la nueva normativa un año por la crisis del coronavirus. Esta decisión tendrá diferentes efectos en la presente temporada y por supuesto en la que viene.
Un razonable anuncio
El Coronavirus ha cogido a todo el mundo de golpe y porrazo, llegando a un punto que nunca habíamos visto como es el confinamiento de todo el mundo en sus hogares. Por supuesto, la Fórmula 1 se ha visto obligada a parar con las consecuencias económicas y deportivas que esto trae.
“Debido a la situación financiera actualmente volátil que esto ha creado, se acordó que los equipos usarán su chasis 2020 para 2021, con el posible congelamiento de otros componentes que se discutirán en su momento.
La introducción e implementación de las regulaciones financieras proseguirán según lo planeado en 2021, y las discusiones continúan entre la FIA, la Fórmula 1 y todos los equipos con respecto a otras formas de lograr ahorros significativos en los costes.
Todos los equipos expresaron su apoyo a la FIA y la Fórmula 1 en sus esfuerzos continuos para reestructurar el calendario 2020 a medida que se desarrolla la situación global con respecto a COVID-19.
Todos estos compromisos serán referidos a las estructuras de gobierno para la ratificación final».
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@F1
Las consecuencias de este retraso
La situación no es tan sencilla como aplazar la introducción y punto, sino que por medio hay un proceso de desarrollo, así como contratos que finalizan como el de McLaren con Renault. El cambio de motor no es mero cambio de piezas, sino que hay que adaptar diferentes componentes y con una congelación de chasis este proceso es muy complicado.
Ya vimos los problemas de los de Woking para casar su estrecha zaga con el motor Honda durante los 3 años de relación. Al igual que hace dos temporadas con el Renault, el cual alcanzaba muy altas temperaturas teniendo que modificar la refrigeración del McL32.
Veremos cómo consiguen lidiar con el proceso de ensamble, teniendo en cuenta que seguiremos con el mismo chasis el próximo año y que aún no sabemos cómo funciona, al no haber empezado todavía la temporada.
En el apartado económico, se mantiene el tope financiero de 175 millones de dólares como estaba planeado. Esto dejará a los equipos con menos recursos para poder desarrollar sus coches de 2022, lo que quizás condicione más a los equipos grandes que a los pequeños.
Una posible medida es seguir el plan de desarrollar el coche para 2022 este mismo año en el que todavía no hay tope, y el año que viene ajustar lo que fuese necesario. Equipos como Racing Point tienen más experiencia en sacar un gran rendimiento de un presupuesto muy ajustado.
Al ser el mismo coche, los test para el próximo año se podrían ver reducidos y con un formato novedoso. Una de las opciones en las que trabaja la Fórmula 1 es que se conviertan en un test de jóvenes pilotos para así rodar los coches, pero dando oportunidades a los jóvenes talentos.
