Los derechos y leyes que protegen a los creadores de vídeos y otras obras de distinta índole, ayudan a proteger y preservar la autenticidad del producto.
El derecho de autor es un conjunto de normas jurídicas y principios que afirman los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores (los derechos de autor), por el simple hecho de la creación de una obra esté publicada o inédita.
Se reconoce que los derechos de autor son uno de los derechos humanos fundamentales en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Una obra pasa al dominio público cuando los derechos patrimoniales han expirado. Esto sucede habitualmente transcurrido un plazo desde la muerte del autor (post mortem auctoris). El plazo mínimo, a nivel mundial, es de 50 años y está establecido en el Convenio de Berna.
Muchos países han extendido ese plazo ampliamente. Por ejemplo, en el Derecho europeo, son 70 años desde la muerte del autor; en México son 100 años. Una vez pasado ese tiempo, dicha obra entonces se utiliza de forma libre, respetando los derechos morales.
Derechos en vídeos
El derecho de autor es una rama de la propiedad intelectual que protege la propiedad de una obra tanto literaria como artística. A pesar de lo que piense la gran mayoría de los usuarios, los vídeos y prácticamente todos los contenidos que nos encontramos en Internet, tienen derechos de autor. Pero, también hay videos sin derechos de autor gratis.

Es decir, cualquier obra por el simple hecho de existir está automáticamente protegida y no puede ser usada por terceras personas sin previa autorización, salvo en determinadas excepciones acotadas. El simple hecho de su creación, elaboración o composición nos confiere la propiedad intelectual sobre la obra en cuestión.
La propiedad intelectual y los derechos de autor en el ámbito digital son dos aspectos que deben ser tratados y analizados con lupa si no quieres enfrentarte a problemas legales con el creador de la obra. La legislación incluye normativas obligatorias que deben ser conocidas por todos los propietarios de un sitio web. No solo las imágenes y los textos están regulados bajo derechos de autor, sino que los vídeos también disponen de ellos.
Los problemas que puede acarrear el no tener en cuenta el copyright de un contenido van desde el envío de un simple y directo correo electrónico, avisando al propietario de la web de que debe retirar un contenido determinado, hasta delitos más graves, como el pago de una elevada multa o enfrentamientos en los tribunales.
En el caso de YouTube, la plataforma de vídeos más popular, no existen problemas para incrustar el enlace de un vídeo concreto en una página web. Eso sí, a menos que se encuentre unido a una licencia Creative Commons, no podrás descargarlo e insertarlo en otro sitio, aunque tenga una ligera modificación, por pequeña que sea.
Acuerdo con el creador
Para conseguir introducir un vídeo determinado en tu página web y que no te acusen de plagio, necesitas una autorización explícita del autor, vía contrato privado o por medio de una licencia pública. Otra de las opciones para utilizar y beneficiarte de un vídeo es que esté en un dominio público donde el uso del contenido sea legítimo o que tenga una licencia Creative Commons. Otra alternativa es enlazarlo a la página oficial.
Si subes un vídeo con derechos de autor es muy probable que te expongas a una reclamación por parte del creador. Lo más normal es que te solicite que lo retires.