El LCR Honda de Lucio Cecchinello ya tiene el equipo completo con la llegada de Takaaki Nakagami que se une a Cal Crutchlow en la primera temporada en la que los pilotos tienen contrato directo con HRC.
Cal Crutchlow
Cal Crutchlow participó por primera vez en un Mundial de MotoGP en 2011 sin pasar por Moto3 y Moto2 ya que procedió de las Suberbikes. En la temporada de su debut fue rookie del año y al curso siguiente ya era habitual verle entre los primeros pese pilotar una montura satélite.
El británico tuvo la oportunidad de coger una moto oficial en 2014 con Ducati pero los buenos resultados no llegarían y al año siguiente se hizo hueco en el LRC Honda, equipo donde ha venido ofreciendo espectáculo sobre todo en 2016, cuando consiguió en Brno y Silverstone las dos únicas victorias en MotoGP.
En 2017, Crutchlow siguió siendo un fijo en las posiciones cabeceras aunque su bagaje de pódiums no fue el esperado subiéndose solo al cajón una vez en el GP de Argentina donde concluyó tercero. Pese a ello a mediados de año el equipo de Cecchinello anuncio la extensión del contrato hasta 2019. Su reto en 2018 será convertirse en el mejor piloto de la parrilla con una moto no oficial.
Takaaki Nakagami
El debut esperado
Ha tardado, pero la hora ha llegado. Takaaki Nakagami ha conseguido el sueño de todo piloto: alcanzar la categoría de MotoGP. Entra además en una de las escuderías más potentes de la parrilla: el LCR Honda, que cuenta con Cal Crutchlow como compañero de equipo, y una de las mejores motos posibles con las que podía soñar el piloto japonés.
Después de casi una década en Moto2, en la que consiguió varias victorias, Nakagami fue llamado por el equipo satélite de Honda después de su gran temporada la pasada campaña, en la que fue mejorando de forma progresiva hasta alcanzar a los mejores corredores de la parrilla de la categoría intermedia del Mundial de motociclismo.
Regular y constante
En su octava temporada dentro de Moto2, al mando de una Kalex, el japonés dejó grandes muestras de su talento, como ya se vio en varios Grandes Premios, especialmente en el de Alemania, en el que se hizo con el triunfo, además de varios podios, como en la carrera de Catar, en Estados Unidos y en la Catedral del motociclismo, en Assen.
Con gran regularidad, Nakagami se hizo con la atención de varias escuderías de la parrilla, muy atentas a sus actuaciones dentro de los circuitos, en los que sus puntos fuertes se vieron en los podios que realizó, convirtiendo esos trazados en los que mejor le van al japonés.
Por tanto, la llegada a MotoGP debe ser un motivo de satisfacción para Nakagami, pero no se debe quedar ahí. Tras acostumbrarse a una moto tan potente como es la Honda, el japonés debe demostrar por qué debe continuar en la categoría reina y ser el mejor corredor posible para la marca del ala dorada.
Por Sergio García (@Sergiete_RM) y Alex Martín (@alex_noblejas)