El Partido Socialista no sólo sufre una exponencial bajada en el número de escaños, sino que además pierde el liderazgo de la izquierda en la Comunidad de Madrid en favor de la candidatura de Mónica García, que le superó la noche del 4 de mayo en el número total de votos.
Si por algo se han caracterizado las elecciones del 4 de mayo han sido por los abrumadores resultados de Díaz Ayuso, que ha conseguido ganar en todos los municipios, salvo en dos, Fuentidueña de Tajo y El Atazar. Tan sólo en esos dos pequeños municipios ha ganado un Ángel Gabilondo que se ha visto superado por el PP también en los veintiún distritos, incluidas zonas obreras como Villaverde, Usera, Carabanchel o Puente de Vallecas, en el cual, por primera vez en la historia, el Partido Popular se ha convertido en la primera fuerza política, pese a que el bloque de izquierdas supere por mucho al de derechas.
Tras la decisión de adelantar las elecciones por parte de Díaz Ayuso, el PSOE se propuso ganar Madrid para «gobernar en serio». Para ello, depositaron su confianza en un diputado tan criticado en su papel de oposición como Ángel Gabilondo, algo que levantó enormes dudas que se agudizaron en el único debate electoral que se celebró con éxito y en el resto de la campaña. A su izquierda, aparecía Mónica García, cara visible de la oposición a Ayuso durante la pandemia, una apuesta ilusionante de la formación dirigida por Íñigo Errejón; y, por otro lado, la incorporación de Pablo Iglesias tras dejar su puesto como vicepresidente segundo, un movimiento político que pocos esperaban pero que evitó ahuyentar los fantasmas que tenía Unidas Podemos de no superar la barrera del 5%.
Durante la campaña, se vio a un Ángel Gabilondo abierto al diálogo, en principio más con Mónica que con Pablo, pero con la intención de movilizar al electorado de izquierdas y construir un proyecto serio entre las tres formaciones. Se sabía que ganar a las derechas no iba a ser fácil y se reivindicó desde los tres partidos la necesidad de unir fuerzas para defender la democracia frente al fascismo. En un contexto de polarización que llegó, desgraciadamente, más lejos de lo que debía llegar, llegó el día tan ansiado y, pese a que la participación aumentó notablemente, las izquierdas no fueron capaces de vencer al bloque de las derechas, aupando a Díaz Ayuso como la gran vencedora de la noche, obteniendo un resultado histórico, quedando tan sólo a tres escaños de la mayoría absoluta.
La victoria arrasadora de Ayuso tiene un gran valor simbólico, ya que durante la actual legislatura, Madrid ha sido un bastión de contrapeso al gobierno de Sánchez y, supone, por su parte, un considerable mazazo al Partido Socialista, que no sólo ha podido observar como el proyecto de Díaz Ayuso se reafirma, sino que también ha perdido el liderazgo de la oposición. El ‘sorpasso’ de Más Madrid en número de votos abre ahora un debate sobre la continuidad de Gabilondo como diputado madrileño, el cual, por su parte, no tiene planteado dimitir. Ya hay numerosas voces críticas dentro del PSOE que no ven a Gabilondo como parte del proyecto de cara a las elecciones de 2023. Por su parte, Mónica García pretende seguir en la línea de la oposición a Ayuso que ha seguido hasta ahora y mostrarse como la alternativa a las políticas de un Partido Popular, que ha sabido jugar bien las cartas y que gobernará en solitario en cuanto Ayuso sea investida.
