El legendario autor español se ha convertido en objeto de vandalismo en una sociedad poco conocedora de la Historia
La crispación ha sido el principal lema de esta pandemia. De este modo, reivindicaciones nobles como el Feminismo, Antiracismo, Patriotismo o Ecologismo se han convertido en caballos de Troya para determinados intereses políticos.
Esta tónica ha alcanzado niveles más que preocupantes en Estados Unidos. Si el atentado contra la estatua de Cristóbal Colón aumentó más el descontento entre las queridas res cogitans, el vandalismo sobre la estatua de Miguel de Cervantes en San Francisco al son de «bastardo» ha puesto el broche a la tristeza de los escépticos que visualizan la caída de Occidente.
Para empezar, los problemas no se solucionan destrozando todo lo que compone un entorno urbano. Además, parte de estas personas «revolucionarias» son las primeras en llorar en redes sociales las vidas que se llevaron por delante en los atentados de París o Barcelona.
Para colmo, resulta curioso conocer cuáles son las razones que llevaron a llamarle «bastardo» a Miguel de Cervantes. Es bien sabido que se trata de uno de los autores más universales de la Literatura española. La obra El ingenioso hidalgo de Don Quijote De la Mancha es la segunda más leída, siendo superada únicamente por la Biblia.
Aquella publicación significó el desnudo emocional por excelencia del propio Miguel. A través de Don Quijote y Sancho Panza, consigue explicar con total eficacia el poder de los sueños y su efecto aparentemente inútil en mundos llenos de putrefacción. La locura se volvía más racional que los parámetros establecidos. Al mismo tiempo, la «coherencia» intenta abrazar a la injusticia experimentada.
En la misma medida, describió a la perfección con un marcado realismo los paisajes. Tampoco olvidó el carácter del habitante medio de La Mancha. Renegando de todo chovinismo, demuestra como el habitante de esta región ensalza la normalidad, sintiéndose orgulloso de los parámetros sencillos.
Todos estos ingredientes permitieron que la lengua española recibiera un caluroso homenaje en dicha obra. Una de las mayores instituciones internacionales que buscan la difusión correcta del castellano, el Instituto Cervantes, lleva por bandera al mismo autor.
Incluso se han podido ver ápices sobre su personalidad en El Ministerio del Tiempo, llegando a realizar un caluroso homenaje al propio Miguel, rememorando sus piques con otra leyenda literaria, Don Lope de Vega. El autor «bastardo» defendía su Literatura, dejando claro que él contaba lo que la gente no quería oír.
cervantesvirtual.com
Recopilando toda esta información, resulta irrisorio que se le catalogue como persona bastarda en su intento de despreciar el «nacionalismo español». Además, ciñéndonos al castellano, la RAE define bastardo como a alguien «que degenera de su origen o naturaleza».
Sin duda, este argumento es falaz por su oda al castellano en su obra literaria. Además, fuera de su vida artística, combatió en la famosa Batalla de Lepanto como «muestra de honor hacia su patria». Incluso llegó a quedarse manco y quedó cautivo en Argel.
Una vez más, ha quedado demostrado el deficiente conocimiento de Historia del que goza parte de una sociedad alienada que pretende dejar putrefacto Occidente a base de falacias. Seguramente, el señor Cervantes se revolvería en su tumba pensando que no han entendido nada.
