Las feministas reivindican un año más su lucha por la igualdad en un extraño 8M debido a la crisis de la Covid-19. Las manifestaciones fueron sustituidas ayer por otras iniciativas como la impulsada por Virginia Neira en el barrio de Triana, Sevilla.
Este 8 de marzo ha sido extraño. Por primera vez en años, y debido a la crisis pandémica por la Covid-19, las calles de nuestras ciudades no se han llenado este 2021 con manifestaciones feministas. Para evitar los contagios y las aglomeraciones, el movimiento ha tenido que organizarse para reivindicar su lucha por la igualdad con otras alternativas más responsables.
Aparte de lanzar diferentes campañas en redes sociales para concienciar a la sociedad sobre la lucha contra el patriarcado y sus desigualdades, u organizar un aplauso a las 20:00 horas de la tarde desde el balcón por todas las mujeres luchadoras, las feministas organizaron también diversas iniciativas muy originales.
Iniciativa tejedora
Buen ejemplo de ello es la iniciativa impulsada por Virginia Neira, vecina del barrio de Triana, en Sevilla. Neira, propietaria de la mercería Delana, se ha unido este año junto a un gran ejército de tejedoras para seguir reivindicando la lucha feminista en el Día Internacional de la Mujer.
Como explicaba su impulsora a Time Just, ellas se solían reunir todos los años unos días antes del 8M para tejer pancartas y lucirlas en las manifestaciones. Al no ser esto posible este año, y por evitar las aglomeraciones, Virginia decidió crear esta otra iniciativa con mujeres tejedoras de toda España. Desde ciudades como Barcelona, Madrid o Ceuta, entre otras, enviaron sus pequeños cuadrados de ganchillo o «granny squares». Estos fueron cosidos después en forma de lazo y una pancarta con el lema: «Vivas, libres y unidas».
Con el permiso del Ayuntamiento de Sevilla, estos más de 800 cuadrados de ganchillo fueron expuestos ayer en la Plaza Oliver de Triana en un pequeño pero emocionante evento. Allí seguirán colgados el resto de la semana, porque recordemos, la lucha no es cosa de un día. Las mujeres sufren el machismo en sus pieles los 365 días del año. Y es importante enfrentarse a ello todos y cada uno de los días, no solo el 8 de marzo.
Con iniciativas tan bonitas, originales y colaborativas como la impulsada por este gran grupo de ganchilleras, el movimiento feminista ha demostrado una vez más la fuerza que tiene pese a todas las adversidades. Ni la pandemia, ni el auge de ciertas ideologías que quieren retroceder a los tiempos de las cavernas, frenarán a estas mujeres. Como bien dice el lema escogido, ellas seguirán «Vivas, libres y unidas». Se quieren vivas, quieren que deje de ser noticia la muerte de una sola mujer más por violencia machista. Se quieren libres, porque el poder masculino no hace más que reprimirlas, ahogarlas, ponerlas una mordaza para que estén calladitas y sean obedientes, sumisas. Y se quieren unidas, porque solo un feminismo inclusivo y unido podrá derribar al patriarcado.
Toda mi admiración, compañeras.
