Los de Zidane salieron dormidos ante el Shaktar y concedieron tres goles en la primera parte con una defensa bochornosa.
El Real Madrid no despega, y deja muchas dudas en su juego, empezando por la defensa que es un coladero. Si el año pasado el fuerte del Madrid era la zaga, lo que llevamos de esta temporada es algo inédito. Muchos huecos y facilidades del rival para llegar al área en una banda izquierda deshabitada por las subidas de Marcelo. El resto de equipo, apático, sin dinamismo y movilidad, muy estático, en busca de crear huecos entre la sólida defensa ucraniana, pero sin crear ninguna ocasión de peligro.
Sorprendió Zidane con el once apostando por Rodrygo y Jovic arriba, dejando a Benzema en el banquillo. La primera parte del Madrid fue horrorosa, con tres goles en contra en apenas 25 minutos, con llegadas claras. A partir del descanso, el técnico francés reaccionó y metió a Benzema y Vinícius consiguiendo agitar el partido y meter dos goles en cinco minutos, el primero un derechazo de Modric a la escuadra, y el segundo una jugada individual de Vinícius tras robar el balón en su primera aparición del partido. El Shaktar consiguió sacarle los colores al Madrid aún estando con ocho bajas del equipo titular.
La falta de actitud y juego de los jugadores blancos es ya preocupante a cinco días del Clásico del Camp Nou, donde se deja ver que este equipo no está en condiciones de plantarle cara a un Barça que ayer goleó a su rival por 5-1. Si ya el grupo del Real Madrid era complicado, con esta derrota se acentúa mucho más, ya que el Inter parte ahora como principal favorito. Los blancos no pueden permitirse dejarse puntos en casa contra uno de los rivales más asequibles del grupo en la primera jornada.
De aquí al sábado, el Madrid se entrenará con vistas a volver a la senda de la victoria nada más y nada menos que contra su máximo rival en busca de una actitud competitiva y una mejoría de juego que haga volver la confianza a los futbolistas blancos.