Sensible derrota del Campeón del Mundo en tierras aragonesas ante una gran labor coral polaca
Primer rapapolvo para el conjunto de Sergio Scariolo en las Ventanas FIBA previas al Eurobasket 2021. Polonia, el mismo rival que apearon los vigentes campeones en el Mundial de China, se ha tomado su venganza asediando el Pabellón Príncipe Felipe.
La derrota de los polacos ante Israel hacía entrever el encuentro como un mero trámite por gran parte de la afición que se dio cita en el pabellón maño.
Sin embargo, la cara de Scariolo denotaba plena concentración en su encuentro. Los jugadores sabían que el encuentro era una final para demostrar que podían viajar en Tokio.
Finalmente, los elegidos para salir a escena de inicio fueron: Alocén, Rabaseda, Beirán, Dani Díez, Sebas Sáiz. Comenzaron con una gran intensidad y acierto, dejando vigente un 9-2 parcial.
Pero aquel inicio se trataba únicamente de un espejismo. El conjunto polaco fue incrementando su intensidad que quedaba solapada a un juego coral totalmente preciso.
Uno de los brazos ejecutores verdugos fue un conocido de la Liga Endesa, el bético A.J. Slaughter. No solamente anotó 26 puntos, también impuso su ley en ataque con la finalidad de generar situaciones de puntos favorables para Michal Sokolowski y Aaron Cel.
Sin duda, los tiempos muertos pedidos por el técnico de Polonia, el norteamericano Mike Taylor, no solamente incidieron en ataque.
El orden y sobre todo, la intensidad hicieron su efecto, promoviendo pérdidas de balón infantiles e impulsando una diferencia contundente en el marcador.
La #SelMAS 🇪🇸 no puede conseguir la SEGUNDA victoria ante una gran Polonia 🇵🇱
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— Baloncesto España (@BaloncestoESP) February 23, 2020
De este modo, los rebotes fueron la única faceta estadística en la que pudo vencer el conjunto de Scariolo. Sin embargo, no era suficiente para la victoria.
Se acumulaban los problemas con el paso de los minutos. Darío Brizuela y Santi Yusta se iban al banco con problemas físicos y los triples no entraban, dejando la distancia en trece puntos.
Tocaba tirar de orgullo gracias a la energía transmitida por la vena de Scariolo en los banquillos. Saiz, Rabaseda y Alocén trataron de recortar a la desesperada, pero era demasiado tarde.
Finalmente, el marcador reflejó un 80-69 que llama al aviso y a la precaución ante un deporte que cada día está más masificado en nuestra sociedad.