España cae ante Italia, en penaltis, en un partido en el que demostró mucha personalidad y mereció un billete para la gran final.
Italianos y españoles se medían en Wembley jugándose el pase a la gran final. Hasta la fecha, 6 de julio de 2021, se habían medido en 37 ocasiones. De ellas, 11 victorias para cada bando y 15 empates.
Contundente puesta en escena
El partido comenzaba con una España dominadora, con un Dani Olmo moviéndose por el frente de ataque y ejerciendo su función de falso 9 a la perfección. Italia se sentía débil sin su gran aliado, el balón.
Precisamente este, el jugador del Leipzig, tenía la gran ocasión de la primera mitad, y es que el español se las ingeniaba para quedarse delante de Donnarumma, pero el meta evitaba el gol con una mano abajo providencial.
Pero, a pesar del control español, eran los de Mancini los que se adelantaron en el marcador. Tras un inicio de segunda parte mejor que lo mostrado en la primera mitad, aprovecharon un error para destrozar a España.
Una contra espectacular, en pocos toques y muy rápida, llegando el balón al borde del área, donde estaba Federico Chiesa, que encaró y la mandó a guardar, siendo imposible para Unai Simón.
Operación remontada
España, comandada por Busquets, Pedri y, el mencionado anteriormente, Dani Olmo, volvió a coger altura y se situó de nuevo en campo rival, volviendo a ser dominadora. Mandando y llegando al área rival. Pero los continuos fallos de cara a puerta lastraban a un equipo que lejos de achicarse ante las adversidades se levantó.
Una gran jugada entre el MVP del encuentro, Dani Olmo, y Morata, que llevaba poco más de un cuarto de hora sobre el verde dejó al punta solo ante Donnarumma, le engañó y no falló. Era el empate en un partido trepidante, que ponía de nuevo a Italia contra las cuerdas. Y así se llegó a la prórroga, la tercera consecutiva para los de Luis Enrique.

Esta vez tocó cruz en los penaltis
30 minutos por delante para deshacer el empate a uno. En el inicio, España fue mejor. Pero después, Italia se rehízo, aprovechó la ausencia de Busquets, retirado en el descanso de la prórroga, y mejoró su puesta en escena. Aunque esto no evitaba llegar a la tanda de penaltis.
Empezó tirando Italia, por medio de Locatelli, pero Unai Simón se hizo enorme para detener el primero y darle la iniciativa a España, que la desaprovechó fallando el lanzamiento. Tras dos penaltis más de cada equipo, en los que los cuatro acabaron en el fondo de la red, le tocó a Bernardeschi: gol. Y el momento clave, disparo de Morata e intervención del arquero italiano. Si anotaba Jorginho metía a su país en la final, eliminando a los españoles, y el del Chelsea no falló.
España, que no pudo hacer más para ganar, desaprovecha una oportunidad única de llegar a la final ante una Italia a la que maniató, pero que ya espera rival para ser campeona.