Girona y Athletic inauguran la jornada 29. El partido de la primera vuelta fue el punto de inflexión en el conjunto bilbaíno.
El Athletic visita mañana Montilivi, un estadio en el que ha perdido el único partido que ambos conjuntos han disputado en primera. En aquel partido Ziganda probó con una defensa de 5 e Iñigo Martínez debutó como león. Fue sin duda uno de los peores partidos de la era del Cuco.
El partido de mañana cuenta con tintes diferentes. La situación de ambos equipos es antagónica respecto a la que llegaban en el choque del año pasado. El Athletic cuenta con opciones de meterse en la lucha por Europa y el Girona busca certificar cuanto antes la salvación. El año pasado la coyuntura era la contaría respectivamente.
De ganar, los leones igualarían al Valencia, poniéndose con 40 puntos y a tan solo tres del Sevilla, dueño de la sexta posición. Además quedaría a seis puntos de la cuarta plaza, lo que metería presión sin duda a Valencia, Betis y Sevilla. La victoria también constituirá la segunda ocasión en esta temporada en la que se conseguiría un triunfo a domicilio. El Girona es uno de los peores equipos locales del campeonato, dato esperanzador, sí, pero el Athletic lo es también fuera de casa.
Gaizka Garitano podrá volver a contar con Iñigo Martínez. El central, que viene de disputar el encuentro contra Noruega con la Selección, no pudo estar frente al Atlético por sanción. En su lugar jugó Unai Núñez que tambien será de la partida, pues en ese mismo partido Yeray vio la amarilla y tendrá que cumplir el mismo castigo que Iñigo la jornada anterior. El que todavía no va a poder incorporarse a la convocatoria es Aritz Aduriz, el delantero sigue recuperándose de su lesión de ligamento cruzado, aunque su vuelta no se antoja demasiado lejana.
El punto de inflexión
En el partido de ida el Athletic logró una sufrida y trabajada victoria que de no haberse efectuado quizás la situación actual sería bastante complicada. En ese encuentro los de Garitano gozaron de un gran número de oportunidades, pero un inmenso Gorka Iraizoz se encargó de frustrar los intentos locales. Finalmente un penalti en el último suspiro convertido por Aduriz acabó con el gafe de los empates y trajo un halo de esperanza a la parroquia rojiblanca.