Un buen Girona no es capaz de controlar el tramo final del partido y deja escapar dos puntos ‘in extremis’. Narváez se pone el equipo maño en su espalda con dos tantos de cabeza.
Ya se puede decir bien alto. El Zaragoza- Girona es un partido clásico en la segunda división. En los últimos 10 años se han enfrentado más de veinte veces y la igualdad es total. El partido empezaba con un intercambio de ocasiones por parte de los dos equipos; la más clara la dispondría el conjunto visitante que tras una muy buena acción de Sylla en banda izquierda, Aday no lograba finalizar la jugada con la portería vacía. El equipo local sufría una lesión del central cordobés Pichu Atienza nada más empezar el partido y en su lugar entraba el joven canterano Alejandro Francés. El técnico del Girona, Francisco, decidía alinear a Ramon Terrats del filial para hacer pareja en el doble pivote con Gerard Gumbau.
En los primeros minutos ambos conjuntos no acababan de encontrar la precisión en el pase; se habían perdido un total de veinte balones, diez por conjunto. Ramon Terrats, con la zurda, ponía a prueba Christian Alvarez que no lograba bloquear el balón y la jugada terminaba con una segunda jugada de Bustos en fuera de juego. El Girona pisaba área y estaba en bloque alto bien puesto para intentar robar balones en construcción maña. El Zaragoza no terminaba de concretar el último pase para dar continuidad a sus jugadas en ataque.
En el minuto dieciocho llegaba un intercambio de ocasiones claras; primero con la recuperación de Sylla que encaraba el portero terminando la jugada en la área pequeña sin opción de disparo; y acto seguido el Zaragoza robaba otro balón que Bermejo finalizaba con un duro disparo que impactaba en la cruceta. El partido se empezaba a abrir en cuanto a ocasiones de gol y hacía prever un posible tanto.
El Zaragoza intentaba por la banda derecha buscar ocasiones de gol. Aprovechaba el desborde de Chavarría para intentar cocinar jugadas y conectar con la delantera zaragozista. El bloque del Girona cada vez reculaba un poco más, pero el fútbol a veces es muy caprichoso y en la siguiente acción, y tras un muy buen centro de Aday, Mamadou Sylla anotaba el primer gol con un muy buen testarazo. En la segunda ocasión del conjunto catalán, lograba adelantarse en el marcador. El Zaragoza aún tenía mucho margen de mejora y sobretodo para buscar igualar el partido.
Los últimos minutos transcurrían con el mismo guión; el Girona bien colocado y con el dominio del tempo del partido y el Zaragoza a remolque. El equipo entrenado por Baraja le costaba adaptarse al ritmo defensivo de los catalanes y tenía muchas imprecisiones con la salida de balón. El árbitro decidía no alargar más la primera parte y los jugadores se dirigieron a los vestuarios.
La segunda mitad empezaba con la substitución de Aday que dejaba su sitio a Valery. El Zaragoza ponía una marcha más y adelantaba su línea defensiva que el Sylla estuvo a punto de aprovechar con un buen pase de Nahuel Bustos al espacio. Chrstian Alvarez cortaba muy atento en salida de portería. Y en la segunda acción de peligro del Girona, protagonizada por Sylla y su buena interpretación de los espacios, llegaba el segundo tanto del partido esta vez del joven canterano Valery. La jugada de gol era una buena seña de identidad de lo que aportaba el jugador senegalés al equipo; desahogaba el balón, dibujaba la línea de pase y ejecutaba el pase de la muerte con mucha precisión. Un jugador que, sin duda, marca la diferencia en un partido.
El técnico local rápidamente movía ficha y daba entrada a Javi Ros para revolucionar el ataque maño. Y muy pronto estuvo el Zaragoza de reducir distancias después de un buen remate al palo de Toro Fernández. El asistente marcaba fuera de juego. El equipo de Baraja daba señales de mejora y cada vez más hacía recular el Girona. Pero los minutos pasaban y no llegaba el tanto local para revolucionar el partido. Francisco decidía cambiar a Gumbau tras varías acciones a punto de ser expulsado por doble tarjeta. En su puesto entraba el jugador del filial Monjonell que se estrenaba en la categoría de plata. El doble pivote estaba formado por dos jugadores que venían de tercera división, Terrats y Monjonell y que pasaban a comandar el timón del equipo en un campo histórico como es la Romareda. Cosas bonitas del fútbol.
El tramo final del partido fue dominada por la buena presión del Girona que intentaba recuperar rápido el balón para córrer las espaldas de la defensa maña. También el técnico visitante hacía debutar al joven mediocampista del filial Jandro y Pau Víctor; y salían del campo dos de los mejores jugadores del encuentro, Sylla y el joven Ramon Terrats. El Zaragoza probaba desde lejos pero no lograba conectar con la portería visitante. El disparo tímido del canterano Francho salía por encima de la portería. La siguiente jugada fue la buena y por fin lograba anotar el primer gol. Narváez remataba un balón con la cabeza puesto al milímetro por Álvaro Tejero. Y la siguiente jugada el Zaragoza lograba marcar el empate con otro buen testarazo de Narváez.
El reparto de puntos ‘in extremis’ dejaba el Girona con una mala sensación de haber tirado toda el trabajo en solo 5 minutos. El Zaragoza se despedía del encuentro con buenas sensaciones de puntos pero siguiendo con la misma dinámica de juego. La segunda división es muy complicada.
