El Celta de Vigo demuestra que es de los peores equipos visitantes en Primera División. Los celestes desaprovecharon un penalti en la segunda mitad y se sitúan al borde del abismo, lo contrario a los blanquivioletas que aumentan la diferencia a ocho puntos respecto al descenso, y vuelven a confirmar su gran capacidad para puntuar ante los rivales directos.
Pucelanos y vigueses se citaban con el único objetivo de evitar el descenso. Los tres puntos se jugaban entre un Real Valladolid que no termina de despegar en Zorrilla, pero con la tranquilidad tras la toma de Butarque; mientras que el Celta llegaba a la capital castellanoleonesa con muchas dudas, los de Óscar García no en su visita al Estadio de la Cerámica mostraron unas condiciones físicas deplorables y con una situación en la tabla para no dormirse.
Óscar recuperaba para la batalla de Zorrilla la línea de tres centrales habituales en el Celta: Murillo, Araújo y Aidoo. La novedad estaba en la punta de ataque donde entraría Smolov para formar pareja con Iago Aspas. El delantero ruso tuvo muy pocas intervenciones sobre el verde, y fue sustituido a principios de la segunda mitad. El técnico celeste también modificó sus piezas en el centro del campo, Cheikh y Bradaric se cayeron del once titular por Fran Beltrán y Yokuslu, para formar un doble pivote.
Por su parte, Sergio González introdujo dos cambios respecto al equipo que se impuso al Leganés. Entraron Míchel y Toni Villa en el centro del campo. El atacante murciano fue un auténtico dolor de muelas durante toda la primera mitad para el Celta de Vigo. Por otro lado, los blanquivioletas no podían contar con uno de sus atacantes a priori franquicia, Sandro Ramírez. La baja del delantero canario no pareció afectar al técnico pucelano, que alineó a Ünal y Sergi Guardiola, atacantes con cinco y seis goles respectivamente, duplican ambos la cifra goleadora del jugador ausente.
El Celta no reacciona ante el peligro
El partido siguió el guion que podíamos sospechar, el Real Valladolid se encerró a la perfección en su área, dejando muy pocos espacios para reducir las opciones ofensivas de los gallegos. La táctica del conjunto local surgió efecto, en toda la primera mitad el Celta de Vigo no tuvo ninguna ocasión clara y tan solo realizó dos saques de esquina. El paso de las jornadas no parecía importarles a los jugadores de Óscar García. Seguían en la dinámica de siempre, los celestes no tienen capacidad de reacción y se les notaba impasibles tras la dolorosa derrota ante el Villarreal, sin un estilo de juego claro y tampoco identidad.
El Real Valladolid se ha hecho experto en el juego de la salvación. Los de Sergio González saben lo que jugar ante los equipos de la zona baja, son expertos en tomar decisiones y en adaptarse a las circunstancias que pida el partido. Eso explica por qué han rascado puntos contra todos los rivales directos en la lucha por la permanencia. Lo más destacable de los locales antes del descanso fue Toni Villa, que se complementaba muy bien con Nacho, elaborando una serie de combinaciones que hicieron mucho daño por el costado izquierdo. Por su parte, el Celta no encontraba a Rafinha para crear peligro, el hispano-brasileño no recibía en zonas donde pudiese causar daño a los vallisoletanos. Además, tampoco apareció en los primeros 45’ minutos su máxima referencia en el ataque, Iago Aspas.
Llegando al descanso, los vigueses intentaron tener la iniciativa manteniendo posesiones más largas, pero no servían de nada si no había profundidad en el ataque. El Valladolid apretó en los últimos minutos, aunque sin demasiado peligro, merodeando el área visitante. Los locales dieron una lección de cómo posicionarse en defensa sobre el verde, además de ser ellos los que tuvieron las oportunidades más claras.
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Míchel durante la primera parte del Real Valladolid-Celta de Vigo / Fuente: @RealValladolid
El Celta reaccionó pero el Valladolid supo aguantar
El Real Valladolid no tenía la necesidad de ganar, el empate no era un mal resultado para los locales. El escenario era más dramático es para el Celta, que si no buscaba una reacción prolongaría la preocupación en Vigo un jornada más. Óscar debía modificar desde la pizarra los movimientos del ataque para derribar a la muralla pucelana.
El lavado de cara por parte del conjunto celeste fue notable. En el primer tramo de la segunda mitad el Celta salió con más ambición, en diez minutos lograron más ocasiones e incluso más saques de esquina que en los primeros 45′ minutos. Por las botas de Iago Aspas pasaron las oportunidades que hubieran decantado el partido a favor de los visitantes. El delantero gallego obligó a trabajar a Masip con un disparo muy potente ajustado al palo largo desde la frontal, pero mejor fue la respuesta del guardameta local, que lo detuvo con una magnífica estirada.
El Celta estaba ganando terreno, y Sergio González lo sabía, por lo que empezó a mover el banquillo. Hervías entró por Michel y San Emeterio por Óscar Plano; el primero para pasar a banda derecha, y el segundo para reconstruir el doble pivote que tan buen resultado dio en Butarque. Óscar García solamente hizo un cambio en los 90′ minutos reglamentarios, y fue para cambiar a Smolov para dar entrada a Denis Suárez.
Iago Aspas pasó a ser la única referencia en ataque, al mismo tiempo que el jugador que ingresaba pasaba a ser mediapunta. El objetivo era tener a un jugador con ciertas libertades para que pudiese asistir a Aspas. Ese mismo cambio hizo que Beltrán y Okay jugasen por una banda, mientras que Rafinha y Denis por la otra, para tener así a cuatro jugadores a partir de los tres cuartos y que se ampliasen las opciones de pase y generar un juego más fluido.
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Fuente: Real Valladolid
Aspas falló lo infallable
Al Real Valladolid solo le quedaba hacer transiciones rápidas comandadas por Toni Villa, pero los celestes se replegaban muy bien. El conjunto vigués tenía a los locales contra las cuerdas, y justo en ese momento, el colegiado señaló penalti a favor de los gallegos por mano de Alcaraz. Los tres puntos estaban cada vez más cerca, pero no contaron con la figura de Masip, que estuvo extraordinario durante todo el segundo tramo, el guardameta se hizo grande para detener la pena máxima y poner la guinda a su partido. Al Celta no le salían las cosas ni aunque quisiera, ni siquiera su jugador referencia fue capaz de anotar la pena máxima. Aunque fue más acierto del portero que fallo del delantero, pues el disparo lo ejecutó con potencia y esquinado.
El partido terminaba con la sensación de que el técnico celeste podría haber hecho mucho más con los cambios. Sisto no se movió del banquillo, Mina se quedó calentando en la banda y el único que entró además de Denis fue Brais Méndez, que jugó el descuento de tres minutos. Óscar García no apostó por jugadores atrevidos y se conformó con un empate que sabe a poco a estas alturas de la temporada. Lo único positivo es que la situación por la salvación no ha variado mucho; y que han mejorado notablemente en la parcela defensiva, encajando un gol en los últimos cinco partidos. Por su parte, el Real Valladolid aumenta la distancia a ocho puntos respecto al descenso y se ve poco a poco en Primera División una temporada más.
FICHA TÉCNICA
XI del Real Valladolid CF: Masip; Moyano, Joaquín, Salisu, Nacho; Óscar Plano (San Emeterio, 62′), Míchel (Hervías, 62′), Álcaraz, Toni Villa (Waldo, 74′); Enes Ünal y Guardiola (Ben Arfa, 74′).
XI del RC Celta de Vigo: Rubén; Aidoo, Araujo, Murillo; Kevin Vázquez (Brais Méndez, 92′), Fran Beltrán, Okay, Olaza; Rafinha, Iago Aspas; y Smolov (Denis Suárez, 64′).
Goles: 0-0
Árbitro: Gil Manzano (comité extremeño): TA: Joaquín (50′), Alcaraz (59′), Waldo (91′)/Okay (31′), Smolov (35′)
Incidencias: Vigésimo novena jornada de LaLiga Santander disputada en el José Zorrilla.
