La Real Sociedad encajó cinco goles en el Ramón Sánchez Pizjuán ante el Sevilla, abriendo de nuevo el debate en la defensa blanquiazul.
Si bien en ataque la Real Sociedad no estaba consiguiendo gran efectividad, en defensa sí se estaba mostrando segura semanas atrás.
Eran varios los partidos que había conseguido dejar la puerta a cero y, en los que había encajado algún gol, habían sido pocos. Por ejemplo, contra el Atlético de Madrid encajó dos.
Sin embargo, las cosas empezaban a torcerse en defensa antes del partido en Sevilla. El club donostiarra anunciaba la lesión de Diego Llorente, probablemente el mejor central txuri-urdin (llamado en varias ocasiones por la selección española absoluta).
Además, una vez iniciado el partido, Joseba Zaldua tuvo que abandonar el terreno de juego por lesión, sustituyéndole en el lateral derecho Aritz Elustondo.
Por si no fuera poco, Theo Hernández jugó un partido bastante discreto. No ejecutó las constantes subidas de banda a las que nos tiene acostumbrados y en defensa sufrió mucho ante el desborde de jugadores como Jesús Navas.
Para acabar, los dos centrales que alineó Alguacil en el Pizjuán fueron Navas y Moreno. Defensas más bien grandes, corpulentos, que dominan la posición en el área y la salida de balón pero cuya velocidad es limitada, no tratándose de su mayor virtud.

Raúl Navas observa desde la distancia a Ben Yedder (Foto: Sevilla FC).
Esto supuso que los rápidos y habilidosos atacantes sevillistas (Promes, Sarabia, Ben Yedder, Munir o Jesús Navas) campasen prácticamente a sus anchas en terreno vasco y pudieran superar con relativa comodidad a sus marcadores.
De esta manera llegaron, uno tras otro, los cinco goles que encajaría la Real Sociedad en el Ramón Sánchez Pizjuán en la tarde del domingo.
Una tarde noche desastrosa para el club vasco, que veía tiradas por la borda muchas de sus aspiraciones para jugar competición europea la temporada que viene.
