El 31 de mayo de 2018 Zidane anunció que no seguirá entrenado al Madrid la próxima temporada
Sorprendidos, tristes, agradecidos. Así nos sentimos los madridistas al escucharte decir que dejabas el Real Madrid. Pero esto no puede ser un adiós, sino un hasta luego. Porque tu vínculo con este club es demasiado fuerte como para que se haya roto para siempre.
Recuerdo ese 4 de enero de 2016 en el que Florentino Pérez anunció que dejabas el Castilla para entrenar al primer equipo. Estaba ilusionada y asustada a partes iguales. Me preocupaba tu inexperiencia pero no veía a nadie con más conocimiento de fútbol. En el resto de la afición también había división de opiniones. Y para muchos eras “ese entrenador que no ha ganado ni a La Roda”. Pero tú solo querías ganar, enamorarnos como ya hiciste en tu etapa de jugador. Y vaya si lo has hecho. Cogiste a un equipo roto, perdido, sin alma, y lo hiciste campeón de Europa. Devolviste la ilusión al madridismo.
Después llegaron la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubes, la Liga y la segunda Champions consecutiva. Una temporada de ensueño, pues nuestro Madrid no paraba de hacer historia. E incluso aquí tus detractores no descansaban y culpaban de tus éxitos a la suerte. “La maldita flor”, rabiaban. Pero a palabras necias oídos sordos. Tú seguías agrandando tu leyenda y la de tu amado club.
Esta última temporada vinieron más títulos. Las Supercopas de España y de Europa, otro Mundial de Clubes y la decimotercera Copa de Europa. También ha habido momentos duros, pues en Liga no se hicieron las cosas bien y caer en la Copa del Rey frente al Leganés fue una gran decepción. Pero esto ya está perdonado y olvidado, míster. No dejaremos que manche todo lo que has conseguido. Llevaste a este equipo a lo más alto del continente europeo y te estaremos eternamente agradecidos.
Siempre elegante, siempre a tiempo
Tu pasión, compromiso, humildad, profesionalidad y fidelidad han provocado que seas una de las personas más queridas por la afición más exigente del mundo. Especialmente tu fidelidad y amor por el Real Madrid. Siempre has sido honesto con el club, porque has pensado más en su bien que en el tuyo propio. Lo hiciste como jugador, perdonando incluso un año de contrato, y ahora tenía que ser igual. Considerabas que ya no eras capaz de hacer campeón a este equipo y decidiste echarte a un lado. Por eso respetamos tu decisión, porque sabemos que la tomaste pensando en que era lo mejor para el Madrid.
Lo que más me duele es la fría despedida que has tenido, aunque sé que ha sido tu elección también. Con esa clase y silencio que te caracterizan. Pudiste anunciar tu decisión antes para marcharte ovacionado y homenajeado, como merecías. Sin embargo, decidiste despedirte en una rueda de prensa, arropado únicamente por Florentino. Te encargaste de que no se filtrara la noticia para no desconcentrar a tus jugadores, y para no dañar la celebración de ese hito que fue la decimotercera. Un acto de elegancia exquisita, la misma que has mostrado siempre, tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Solo puedo acabar agradeciéndote, una vez más, lo feliz que has hecho al madridismo. Han sido dos años y medio mágicos e irrepetibles. Ahora descansa, saborea todo lo que has logrado y recarga fuerzas para lo que el futuro te depare, que seguro será bueno. Y si algún día no sabes dónde ir recuerda que el Real Madrid siempre será tu casa. Buena suerte.