El técnico del Barcelona se mostró serio tras el título de liga cosechado en Riazor. Definió la temporada como buena y trabajada.
La primera pregunta dirigida al extremeño fue clara y contundente. En este caso se le preguntaba hasta donde ha llegado su imprenta como entrenador en esta liga. «Ayudando al equipo en los momentos difíciles». Remarcó también que en agosto nadie imaginaba un final de temporada así.
Una de las preguntas hacía referencia a la valoración del equipo. Lo definía como compacto, competitivo, ha sabido superar dificultades y en momentos le ha faltado brillo.
La siguiente pregunta iba dirigida a su sentimiento personal en ese momento. Afirmaba que ya había ganando tres en Grecia y que ganarla a falta de cuatro jornadas no es lo mismo que hacerlo en la última. Justificaba así su seriedad y profesionalidad.
Rescatamos también las declaraciones en las cuales certificaba que el próximo objetivo era el invicto. A falta de 4 jornadas para el final y con Madrid, Villareal, Levante y Real Sociedad se marcaban ese objetivo.
Finalmente destacaba que duele celebrar una liga al mismo tiempo que un descenso y comentaba que vio bien al Deportivo.
Respecto al próximo clásico del seis de mayo argumentaba que se tendrá que jugar al cien por cien.