La Cultural y Deportiva Leonesa viaja, una vez más, a tierras madrileñas con el firme objetivo de lograr una nueva victoria que vuelva a enganchar al equipo de Víctor Cea en la pelea por liderar el Grupo I
En plenas Fiestas de San Froilán, patrón de la Diócesis de León, los pupilos de Víctor Cea sumarán un nuevo desplazamiento a la capital de España. Esta vez, el Barrio del Pilar servirá de escenario para una nueva ‘final’ para los hombres del Bernesga en esta batalla por regresar a la categoría de plata del fútbol español. Aunque este viaje a Madrid no será tan desconocido como los dos anteriores realizados por los futbolistas del club leonés.
El entrenador, Víctor Cea, volverá a la que fue su casa las tres anteriores campañas cinco meses después de su fichaje por el conjunto cazurro procedente del que será el nuevo rival de la Cultural, la Unión Adarve. Un fuerte equipo que ya demostró su poderío la pasada campaña, de la mano del mismo entrenador madrileño que ahora dirige a la entidad blanca, al finalizar su primera temporada en Segunda B por encima de aguerridos rivales como la Ponferradina o el Pontevedra.
Y no solo el técnico capitalino regresará a sus orígenes. El defensa Nicho Escalante y el mediocentro Jesús Bernal volverán a disputar un partido en el García de la Mata; pero esta vez vistiendo la elástica de visitante. Un choque que vuelve a ser de vital importancia para los intereses leoneses; obligados a regresar de Madrid con unos nuevos tres puntos en sus mochilas.
Así llegan los dos equipos
Como si de una montaña rusa se tratara, la Cultural y Deportiva Leonesa llega a Madrid con tres victorias y tres derrotas en los seis partidos ligueros disputados. Aunque, con un plus de optimismo llegan a este choque frente a la Unión Adarve. La victoria frente a Unionistas en Salamanca, la pasada jornada de competición, hace llegar al conjunto leonés como el octavo clasificado con nueve puntos; siete menos que la SD Ponferradina, el líder provisional.
No obstante, la Cultural disputará su cuarto partido a domicilio. Una consecución de encuentros lejos del Reino de León que han supuesto un balance de seis puntos de nueve posibles lejos de la comodidad de su ciudad. Un gran punto a favor teniendo en cuenta que la estadística de los partidos efectuados en su feudo hace sumar a los pupilos de Víctor Cea tres puntos de nueve en los tres choques disputados en León.
Muy diferente ha sido el camino de la Unión Adarve hasta la gran cita del domingo. Los de Óscar Fernández atesoran tan solo una victoria en liga, circunstancia que los coloca en la zona media de la tabla con seis puntos en su casillero. Aunque si de partidos en casa se habla, los madrileños aún no conocen la derrota en su feudo. Dos empates (frente a Atlético de Madrid “B” y Real Madrid Castilla) y una victoria (Unionistas) hacen del García de la Mata un auténtico fortín en Segunda B.
Un lobo con piel de cordero
La Unión Adarve asume su segunda campaña en la categoría de bronce y, pese a su corta experiencia, ya se ha ganado el respeto de toda una división. La gran temporada pasada, en su debut en la competición, logrando la permanencia y una excelente actuación con Víctor Cea en los banquillos han supuesto un auténtico golpe sobre la mesa del equipo del Barrio del Pilar.
Aunque muy diferente es la plantilla de esta temporada de la entidad madrileña con respecto a la de hace seis meses. Tan solo diez jugadores continúan a las órdenes de Óscar Fernández, mientras que hasta 15 han sido las nuevas incorporaciones al club capitalino. Entre ellos, dos viejos conocidos en el feudo leonés. Tanto Jordi César como Alberto Miñambres tuvieron su pasado en la Cultural y Deportiva Leonesa antes de recalar en las filas de la Unión Adarve.
Y de entre las 25 fichas del equipo madrileño, la zaga culturalista deberá estar atenta a la vuelta del delantero Álvaro Sánchez; posiblemente, un fijo que conformará el once titular del entrenador del conjunto capitalino el próximo domingo. Aunque sin perder la mirada sobre Guille Nieto u Olmedo. Tanto punto como mediocentro ya conocen lo que es resistir las embestidas de los contrincantes y hacer peligrar la portería contraria durante los 90 minutos de partido. Choque de trenes se avecina, la capital volverá a ser testigo de una nueva ‘final’ para los intereses culturalistas.