El Numancia consigue sacar un punto de Los Cármenes tras un soporífero partido en el que el juez de línea anuló tres goles al Granada.
No pudo el Granada con un Numancia tosco que presentó un juego duro y basto, pero efectivo. Sumó en Los Cármenes gracias a un planteamiento que no tenía mayor idea que la del rechace y la resistencia.
Granada y Numancia salieron del túnel de vestuarios con un ambiente que invitaba al buen fútbol a hacer acto de presencia. Domingo al mediodía, un sol dando calor maternal y el conjunto de Martínez mirando con orgullo a todo el resto de la categoría desde el proscenio del liderato fueron tres atractivos factores que provocaron la mejor entrada de la temporada. Para no hacerlo cuando tu equipo es capaz de ganar en La Romareda permitiéndose el lujo de sentar a Puertas y Ramos.
Diego Martínez no rehusó de dejar al pichichi del equipo en el banquillo ante el Numancia. El cruce ante uno de los clásicos de la división de plata contó también la ausencia destacada de Montoro por acumulación de sanciones y con los aportes de la sangre fresca de Alejandro Pozo.
Los locales salieron con confianza
Si comparamos a este Granada con el mismo que manejaba Oltra hace un año, entenderemos a la perfección el concepto de actitud contextualizada sobre el verde. Este equipo -que tanto bebe de la acción- está empecinado en no parecerse en ningún aspecto a esa escuadra que saltaba a los campos con dudas, rehusando de la verticalidad como quien evita el mal ajeno. Buen ejemplo de esta forma de entender el juego era Vadillo. Estaba eléctrico. Los primeros minutos de vida del partido dieron síntomas de que su fútbol tenía mucha alegría en esta jornada dominguera. Fue junto a Víctor Díaz la combustión hecha futbolista. Y poco tardó en dar indicios claros de que su objetivo era destacar: en quince minutos dio una asistencia a Germán Sánchez que frustró el juez de línea con su banderín. Desde la banda izquierda, buscando un desmarque en las alturas, Vadillo le puso un balón al defensa gaditano que acabó moviendo las redes. Sin embargo, el asistente dictaminó de forma justa que el gol era ilegal.
El barco del Numancia transitaba por un mar que no reclamaba olas, solo un par de rachas de viento que le permitiera hacer lo justo para adelantarse. Disfrutar de una posesión larga se demoró en más de veinte minutos. Los sorianos no mostraban la solidez que llevan buscando en todas sus visitas a domicilio. Así, su juego en Los Pajaritos, ajustado a la exigencia media de su afición, se frustra en cuanto abandonan Soria. El primer término apenas dejó tres tiros de Guillermo, que remataba todo pero no marcaba nada.
Los visitantes supieron controlar los golpes
La hiperactividad inicial de los andaluces se disipó en favor de un Numancia que neutralizó pero no efectuó. No llegó a perder el control total pero sí limitó su presencia en ataque. De hecho, volvió uno de los pocos desperfectos de este Granada líder: la falta de profundidad en ataque. Al gol anulado de Germán solo se le sumaron otro cabezazo del propio defensa y otro remate de Rodri Ríos que el juez de línea, con precisión de relojero, volvió a anular correctamente. Se acababa así una primera mitad que se fue desinflando con el transcurrir de los minutos. Entre imprecisiones y faltas de valentía murió el primer término, a la espera de un chute de adrenalina con la reanudación.
Diego Martínez les dijo a sus hombres en la charla que no tuvieran miedo a dar el paso adelante. Se notó en la disposición del equipo local, recortando metros al aplicar más presión, más balones largos y mayor presencia en campo rival. Además, Rodri Ríos salió del campo en favor de Ramos en busca de mayor corpulencia arriba. El primer efecto de esta causa se convirtió en polémica. Álvaro Vadillo, al igual que en la primera parte, mostró electricidad y en una de sus escapadas se las vio con Marc Mateu, que derribó al centrocampista dentro del área. El colegiado decidió abstenerse a pesar de que el derribo fue notable.
El Granada se desesperaba ante los goles no válidos
El guión de este cruce parecía andar por los caminos de la monotonía. Tan monótono se volvió el partido que hasta hubo un tercer gol anulado -el segundo de Germán– en otro acierto del juez de línea. El gaditano se adelantó un paso y el asistente le cazó. Fue el tercer intento frustrado, que dejaba constancia de que el balón parado hoy estaba bajo gafe. Las ocasiones se atascaban a pesar de que los de Martínez jugaban con uno más desde el minuto 69, cuando Yeboah arriesgó y recibió la segunda amarilla.
Tan poco color tuvieron los noventa minutos que tras el pitido final varios miembros de cada cuerpo técnico se enzarzaron en una disputa en el centro del campo. Queda el Granada con un punto más pero con la sensación de que, si el juez no hubiera estado tan preciso, el Alcorcón ahora no seria una molestia en la tabla. A veces, el acierto pesa.
FICHA TÉCNICA
Granada: Rui Silva, Álex Martínez, Germán Sánchez, San Emeterio, Víctor Díaz Nico Aguirre (González, min 76); Pozo (Puertas, min 59), Vico, Vadillo; y Rodri (Ramos, min 53).
Numancia: Juan Carlos Sánchez; Markel, Atienza, Escassi, Marc Mateu; Kako (Gutiérrez min 72), Diamanka, Villalba; Yeboah, Alain y Guillermo.
Estadio: Nuevo Los Cármenes, Granada. 13000 espectadores.
