Luka Modrić acaba con el reino Messi – Cristiano tras recibir el premio «The Best» en una gala en la que el argentino no estuvo nominado.
Diez años después, el trofeo a mejor jugador del mundo cae en manos de alguien que no es Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. Una gala que careció de la presencia de los jugadores que antes se repartían estos premios. Con una ausencia que destaca por encima de lo demás: Messi no estuvo entre los tres finalistas llamados a ganar el «the Best».
En la campaña anterior Messi fue campeón de Liga, Copa y máximo goleador y asistente de La Liga Santander. Números goleadores que le permitieron sumar su quinta bota de oro con 34 tantos, por delante de Mohamed Salah (32). Pero qué son los números si el fútbol trasciende más allá de estos. Cada domingo Leo deleita con un sin fin de regates, jugadas imposibles, una visión periférica como si de jugar a la consola se tratara, y además, goles, muchos, y de todos los colores. Un repertorio de un jugador total que juega y hace jugar.
Sin embargo, esto no son argumentos suficientes para colocarlo entre los tres mejores. Mientras sigue el debate Messi – Cristiano, otros se atreven a añadir a la comparativa jugadores como Antoine Griezmann o Luka Modrić. Tratando de sentarlos en la misma mesa donde comen «a priori» los dos mejores jugadores del mundo (Messi y Cristiano). Pero la realidad es que Leo come solo. existen jugadores buenos, muy buenos, pero por más que siga apareciendo competencia, el argentino sigue compitiendo contra él mismo.
¿Quién es el mejor jugador del mundo? las respuestas empiezan igual: «Messi es el mejor, pero se lo merece…» una respuesta que se argumenta por los títulos que gana un jugador con su club, intentando atribuir un galardón individual por méritos colectivos. Buscando así la manera de defender o justificar que debe ser otro el que se lleve el título a «el mejor». A pesar del valor que se le quiere dar a los títulos, para Messi, la competición que exige más regularidad no cuenta, y la copa, en fin, parece que se gana sola.
Quizá Messi mereciera algo más de reconocimiento para poder hacerse un hueco, como mínimo, entre los tres nominados. O más bien es que se han acabado las comparaciones y se ha asumido que Messi se encuentra en otro escalafón mientras los demás buscan hacerse un nombre en el mundo de los mortales. Tomandolo como referente en esta religión a la que llamamos fútbol.