El legado que ha dejado Nowitzki en los Mavericks es de los mayores del siglo. Dejando para siempre la huella de un jugador de Europa entre los más grandes de la NBA.
Con la buena experiencia que ha vivido la franquicia con el alemán, no han tenido muchas dudas en el último draft. Haciendo todo lo posible para hacerse con los servicios del esloveno que militaba en las filas del Real Madrid. Asegurándose con esto un futuro muy prometedor. Buscando que se repitiera la historia y conseguir ganar un anillo o al menos aspirar a ello. Se podría decir que Luka Doncic ya tienes las llaves de la ciudad.
La primera temporada del rookie de los Mavericks está siendo brillante. Muy por encima del resto de jugadores de su generación. Realizando un juego incluso mejor que lo que hacía en la ACB y Euroliga. No estando a la altura de entrar en el All-Star debido a la gran competencia. Pero sí con unas sensaciones de que solamente él se puede poner su techo. Cada semana que pasa se ha consolidado más y más en la competición. Plantando cara a prácticamente cualquier jugado con el que le toque bailar.
La nueva incorporación de Dallas ha puesto las pocas miradas que faltaban en la franquicia. Adquirir a Porzingis es un enorme atractivo para el proyecto. Tanto a nivel deportivo como de química en el vestuario. Haciendo un «Big Three» a nivel de química entre europeos. En el cual Nowitzki ejercerá el papel de mentor sobre estos dos diamantes del baloncesto. El traspaso ha sido un total acierto por parte de un conjunto que quiere pensar en construir algo que termine siendo una plantilla contender.
A falta de saber el nivel al que regresará el ala-pívot después de la lesión. Sobre el papel pinta un equipo que podría competir por entrar en Playoffs la próxima temporada. Pudiendo atraer en verano a algún agente libre interesante o moverse en el mercado con las piezas que tienen. Seguir trabajando es algo fundamental para que no se quede todo en una simple ilusión.
