Paul George, escolta de los Clippers, consigue atravesar su pequeño bache personal y vuelve a brillar de nuevo.
La eliminatoria de los Mavericks contra los Clippers está dando mucho de qué hablar. Los angelinos se han adelantado en la serie, 3 – 2, tras batir récords de anotación y pasar claramente por encima de los texanos. Parecía que los de Dallas tomaban las riendas de la serie tras la histórica actuación de Luka Doncic. El joven esloveno metió más de 40 tantos y la canasta ganadora del cuarto encuentro.
Sin embargo, en el quinto partido apareció un invitado sorpresa: Paul George. El escolta de los Clippers no estaba nada bien durante la burbuja, sobre todo en estos inicios de los Playoffs. Los angelinos estaban sostenidos por un Kawhi Leonard superlativo y por un incombustible Lou Williams.
Poco acierto en los primeros cuatro partidos
El jugador estaba con sus peores promedios desde hace tiempo. George ha promediado en los primeros cuatro partidos 15 puntos. Números muy bajos para la segunda espada ofensiva para el equipo de Los Ángeles. Pero lo realmente preocupante llega al ver su serie de tiros. Y es que tan solo ha anotado 20 tiros de los 69 que ha intentado, es decir, un 29% de acierto en TC.
Desde el arco tampoco se queda atrás. Tan solo ha sumado ocho de 36 que ha intentado. Un paupérrimo 22,2%. Son cifras muy bajas para un jugador de la talla de Paul George. El escolta llegó como agente libre este verano, y aunque no ha conseguido ser All-Star en la presente campaña, se encontraba promediando más de 20 puntos por partido.
Pequeña depresión superada
Todo esto cambió tras la paliza de los Clippers a los Mavericks en el quinto juego. George disipó todas las críticas y las dudas y demostró que cuando él está bien los angelinos son prácticamente imparables. El escolta norteamericano sumó 35 puntos, pero con unos increíbles porcentajes de más de 65% de acierto en tiros de campo y un 50% desde más allá del arco.
Paul George reconoció al terminar el encuentro que lo ha estado pasando mal durante la burbuja. Ha pasado por una pequeña depresión y crisis de ansiedad que le han impedido ser más consistente en su juego y sobre todo en su tiro. Asegura además que ha “subestimado la salud mental”.
Los Clippers han dado un golpe sobre la mesa y han disipado todas las dudas que caían sobre ellos. A pesar de ser segundos, el equipo angelino muy pocas veces a jugado con la totalidad de la plantilla, pero cuando lo ha hecho a dado la sensación de ser muy superiores al resto de equipos.