El bajo porcentaje desde el arco del Movistar Estudiantes, 22%, complicó mucho un partido en el que aguantaron hasta los últimos diez minutos
Encaraba el Movistar Estudiantes el partido que albergaba el Wizink con dos derrotas consecutivas en las anteriores jornadas. No pudo detener la mala racha. El Iberostar Tenerife ganó en la capital con contundencia, 90 a 64. El bajo acierto desde el arco, con un 6 de 27 en triples, hizo que el Estudiantes no aguantase el arreón ofensivo canario del último cuarto, período en el que los de Vidorreta endosaron 32 puntos a los locales.
El más destacado de los visitantes fue Tyler Cavanaugh. El ala-pívot estadounidense destrozó al estudiantes desde el poste alto cuando defendían en zona, y desde las esquinas. En total sumó 18 puntos y siete rebotes. Estuvo bien acompañado por Shermadini, que hizo 11 tantos y siete rebotes. Por parte del Estudiantes, Gentile con 14 puntos y seis rebotes fue el líder. Brown y Robertson sumaron cada uno diez tantos, pero juntos se combinaron para anotar tan solo cuatro triples en 16 intentos.
Zamora, consciente de donde estaban las principales amenazas, jugó de inicio una densa muy física sobre Shermadini y Marcelinho Huertas, el principal generador de la ofensiva tinerfeña. El objetivo era claro, que no estuviese cómodo en ningún momento. De ello se encargaron los más jóvenes. Giedraitis primero, y Nacho Arroyo después. Esa apuesta le costó varios tiros liberados de Cavanaugh, aunque el ala-pívot no estaba muy acertado.
La defensa del Estudiantes, muy agresiva, complicaba el ataque de los visitantes y restaba ritmo a un partido con dos conjuntos poco acertados. Los madrileños no se encontraban cómodos. Sin ningún triple anotado y con varias pérdidas se estancaban en un 28% de acierto en Tiros de Campo. Los secundarios de Tenerife, liderados por Fitipaldo y Guerra, anotaban con soltura y colocaban a los visitantes por encima en el primer cuarto, 11 a 22.
La defensa zonal fue clave en los inicios del segundo cuarto. La agresividad de los de Zamora propiciaba buenas acciones ofensivas. Alec Brown estrenaba el contador de triples. El ala-pívot anotaba unos minutos después otro triple fundamental para poner a los suyos cerca en el marcador. El encuentro tenía otra cara. Con el paso de los minutos el partido se volvía mucho más físico con varios golpes, manos y contactos que restaban fluidez al juego. Un intercambio de golpes en el que el Estudiantes parecía que se acercaba. Con el encuentro apretado, el Iberostar firmaba un gran último minuto y un triple de Fitipado ponía a los tinerfeños diez arriba, 29 a 39.
Ineficacia triplista
Salió al tercer cuarto mucho más enchufado el Iberostar con un juego muy coral. Los estudiantiles no encontraban opciones cómodas para anotar y tampoco frenaban la ofensiva canaria, que comenzaba a distanciarse considerablemente en el marcador. La inexistente eficacia estudiantil desde el 6,75, una de sus principales armas ofensivas, impedían que se acercasen en el marcador. Cavanaugh se asociaba a la perfección con sus compañeros y destrozaba desde poste alto a sus rivales. El marcador mostraba 46 a 58, pero las sensaciones eran malas para un Estudiantes falto de ideas debido a sus fallos desde larga distancia.
El último periodo terminó con el Estudiantes. Los primeros minutos mostraron a un apabullante Iberostar Tenerife. Sin haber hecho un grandísimo encuentro, los de Txus Vidorreta se despegaron en el marcador y cortaron de raíz las aspiraciones de los capitalinos. El parcial del cuarto, 32 a 18, era demasiado para los locales, que se dejaron llevar en los últimos compases del encuentro a sabiendas de que ya nada podía hacerse.
