El décimo aniversario del festival, en el que músicos y público se convierten en uno, ha vuelto a ser un éxito un año más
En su décimo aniversario, tercero en la capital hispalense, el festival Monkey Week no ha perdido su esencia, el poder ir de sala en sala, el ir conociendo a los grupos.
A pesar de que el tiempo no estaba de su parte, esta edición se ha superado. Más de 12.000 personas se han reunido durante los días 22, 23 y 24 de noviembre en la Alameda y alrededores para disfrutar, como ellos dicen, de las que serán las bandas del mañana. Y es que en este festival se han reunido artistas de todos los estilos procedentes de ámbito nacional, europeo y latinoamericano.
En su primer día, la afluencia de público sorprendió con un lleno total en el concierto íntimo y personal de Maria Arnal y Marcel Bages. Con el final de gira de su disco 45 cerebros y un corazón, el grupo catalán dejó sin palabras al teatro de la Alameda, demostrando por qué es considerado uno de los mejores discos del 2017. Un tributo a la fonoteca de la península ibérica, con grandes temas como Tú que vienes a rondarme o Desmemoria. Una actuación impecable que llenó el escenario.
El jueves continuó fuerte en la Sala Event, con Derbi Motoreta’s Burrito Kachimba, la fusión perfecta de Triana con los King Gizzard & the Lizard Wizard. Como ellos mismos se definen “kinkidelia” pura. Una explosión en el escenario que no dejó a nadie sin poguear. Y es que el grupo sevillano, a pesar de no tener aun disco en el mercado, la lió gorda.
Un segundo día soleado dio tregua y pudimos disfrutar de viejos conocidos ya para este festival. Los Nasty, a los que hemos visto crecer edición tras edición, hicieron temblar al público en la mítica pista de los coches de choque de Jagermeister, a la que la banda le tiene especial cariño.
La joven promesa del trap, la algecireña Brisa Fenoy, acercó sus temas más conocidos Tres minutos, Ellas y Lo malo a la sala Obbio Holyday. Bailó con sus fans a pie de pista, demostrando simpatía, sensualidad y derroche de energía.
Los gallegos Novedades Carminha hicieron el cierre de noche de la zona de la Alameda. Nadie podía perderse las letras pegadizas de Verbena y Te quiero igual, ya clásicos en todo el panorama nacional.
El sábado empezó desde muy temprano en uno de los escenarios más bellos, La Torre de Don Fabrique. La denominada «Björk española», Mounqup, dejó su hechizo en todos los asistentes, con una electrónica tribal con influencias del soul. «Esta chica es carne de cañón del Primavera» fue el comentario de todos los que asistimos a su magia.
El sábado culminó con la actuación otro de los grupos míticos del festival, los murcianos Perro. Con La reina de Inglaterra, hicieron volar por los aires al público. Seguidos por Toundra que, con su contundente rock instrumental, sacaron el headbanging hasta al más parado del teatro. Dos estilos tan diferentes, tan indispensables. Allí estuvimos en primera fila.
Pero gracias a dios, la cosa no acabo allí. Los que no queríamos que esto se acabara tan rápido, cerramos la fiesta con la electrónica de AKKAN. Porque allí estábamos todos, los que hacen el Monkey y los que un año más lo hemos vivido.
Y que cumplas muchos más…