Debajo del paraguas es un grupo musical bilbilitano que se formó hace apenas tres años. Se compone principalmente de cuatro miembros: Paula Mattheus (cantante), Leyre Romera (teclista y segunda voz), Koldo Barriocanal (batería) y Jon Diez (guitarrista). Aunque en el último año se han incorporado a la familia Pablo Gorostiza como violinista y Guillermo Barcala como bajista
Todo empezó con el grupo de adolescentes en el que anteriormente formaban parte Koldo y Jon, Run Banana, el cual ellos mismos definen con un sonido similar a Pignoise. Cuando el cantante de este grupo se tuvo que ir a vivir fuera de Bilbao el grupo se tuvo que separar. Pero Koldo no quería dejar la música y se puso a buscar una voz femenina con la que empezar una nueva aventura musical. Así fue como encontró a Paula a través de un amigo de la universidad. Para entonces, ella ya había hecho trabajos como cantautora, y ya más tarde se unieron Jon y un par de años después, Leyre.
Fuente: Instagram oficial del grupo (@debajodelparaguas)
De Paula y Leyre salen las letras, ayudadas de sus vivencias e historias personales a la hora de componer. Su música tiene influencias de muchos estilos, pues cada uno escucha uno diferente y la mezcla de todos ellos es la que crea el sonido de Debajo del paraguas. Más que fijarse en otros artistas prefieren hacerlo en sí mismos, pues es esta la mejor manera de tener una identidad propia. Este mix de géneros lo definirían como pop-rock, pero prefieren que sea el público el que los defina como quieran.
«Habrá canciones más ‘rockeras’ y más románticas… Escuchando a Oscar Wilde cuando dijo: ‘definir es limitar y el amor no tiene límites’, nosotros decimos que la música no tiene límites» destacan
Acaban de sacar su primer disco, Suerte en tu vuelo, y está teniendo muy buena aceptación. Pero su principal objetivo en la actualidad es dar los mejores conciertos y los mejores shows. En su canal de YouTube podéis encontrar el videoclip de su tema Domingos despeinados que en un futuro contará con algún videoclip más que está en proceso. Aunque en Spotify se pueden encontrar todas las canciones del álbum.
No saben qué pasará con ellos en un futuro. «Sabemos dónde queremos estar, pero también somos conscientes de que es muy complicado. Hay muchísimo talento en este país, y se necesita mucha suerte para poder vivir de un sueño», afirman. Pero para ellos la suerte es algo que se persigue con esfuerzo y trabajo duro, y no van a descansar por hacer todo lo que esté en sus manos por ser reconocidos al menos en el ámbito nacional.
Por ahora ninguno se puede dedicar exclusivamente a la música, todos han estudiado una carrera o trabajan, aunque tienen claro por qué se decantarían si algún día pudieran elegir entre la música y su vida actual.
TJ: ¿Por qué el nombre «Debajo del Paraguas»?
DdP: Nos gustaría contar una historia romántica acerca del nombre. Lo cierto es que es una pregunta que solemos hacer nosotros, porque la mayoría de gente teoriza hasta puntos mucho más profundos de los que llegamos nosotros en su momento, como “porque estamos todos protegidos de la misma tormenta” y cosas así.
La historia es tan simple como que cuando empezamos a tocar, y en Bilbao siempre llueve, solíamos quedar en la salida del metro para ir juntos a los locales de ensayo de Bilborock que se alquilan por horas, y siempre había solo una persona que llevaba paraguas. La estampa era bastante divertida porque por aquellos entonces íbamos todos siempre acurrucados debajo del mismo paraguas con todos los instrumentos y amplificadores, cual mulas. Y como no teníamos nombre de grupo de WhatsApp, se lo pusimos de manera provisional y al final con la tontería se quedó.
Para un grupo de Bilbao, la verdad es que mola. Y como además por ley de Murphy casi siempre que tocamos llueve, ha dado bastante de sí la broma.
Fuente: Instagram oficial del grupo (@debajodelparaguas)
TJ: ¿Cuál es la cosa más rara que os ha pasado en un concierto?
DdP: Nos gustaría contar una historia que más que rara es algo que se nos ha quedado grabado. Hubo un día tocando en una terraza de un bar de Bilbao, en un atardecer de junio, en la que había un grupo como de diez personas en primera fila que no paraba de dar palmas, bailar y sonreírnos.
Mientras tocábamos uno de ellos se acercó a donde Paula y le hizo unos gestos señalando su cara. Lo curioso fue que cuando terminamos de tocar nos dimos cuenta de que toda esa gente que se lo había pasado pipa en el concierto era sorda y se comunicaba por señas. De hecho lo que le habían dicho a Paula era “eres muy guapa, sonríe”.
Nos han pasado muchas cosas raras, pero ésto nos pareció superespecial, el hecho de pensar que conseguimos transmitirles ciertas cosas a personas que no podían escucharnos. Fue bastante mágico.
Y al fin y al cabo, esto es la magia de la música, transmitir, incluso cuando no la puedes escuchar. Debajo del Paraguas tiene claro qué es lo importante de esta profesión. Si se tuvieran que definir en una palabra escogerían «volar», y ojalá en un futuro podamos volar juntos con ellos muy lejos.
