La nueva película de Guy Ritchie, en la que vuelve al género que mejor sabe hacer, se estrena en cines españoles el próximo 28 de febrero.
Podría decirse que la carrera de Guy Ritchie como director lleva unos años dando tumbos. Con proyectos de acción que se consumen rápido, remakes de Disney sin ningún sello autoral e historias menores, el Ritchie que convenció a público y crítica con su retrato de los bajos fondos británicos parecía que había desaparecido. Hasta ahora, que llega The Gentlemen: Los Señores de la Mafia, su última película, que se estrenará en los cines españoles el próximo 28 de febrero.
En The Gentlemen, seguimos a Mickey Pearson (Matthew McConaughey), un mafioso que se encuentra en un momento delicado. Tiene un imperio en el submundo gracias al tráfico de marihuana, pero busca la oportunidad de dejarlo para «retirarse» junto a su mujer. Sin embargo, en el mundo del narcotráfico las intenciones de salir se toman como una muestra de debilidad, y los líderes de otras bandas intentarán rifarse sus territorios para ocupar el lugar del, hasta el momento, hombre más poderoso del narcotráfico de marihuana en Reino Unido.
Ritchie recupera el tono, el estilo, y en parte la narrativa que tanto éxito le reportó hace casi veinte años con Snatch: Cerdos y Diamantes, la que a día de hoy sigue siendo su película más aclamada: narcotráfico, crímenes, robos, engaños, giros locos, mafias, bandas rivales, elegantes caballeros británicos, pandillas de barrio, y cómo estas interactúan entre ellas tanto para ayudarse como para hacerse daño. Si bien no le queda un producto tan redondo como el de entonces, es una mejora notable en una filmografía cada vez más extraña.
La película empieza fuerte; con una secuencia inicial a modo de prólogo que produce interés en el espectador de forma instantánea. Después, retrocedemos en el tiempo para ver cómo hemos llegado hasta ahí. Y eso lo hacemos gracias a dos personajes: Fletcher (Hugh Grant) y Ray (Charlie Hunnam). El primero es un reportero que intenta chantajear a Pearson, y que para ello se presenta en casa de Ray (en cierto modo, su consigliere y mano derecha), para explicarle qué es lo que sabe y qué quiere a cambio de no publicarlo. Ray (interpretado por un genial Hunnam) es, sin ninguna duda, el mejor personaje de la película, en detrimento de un McConaughey que, pese a cumplir con su papel, no tiene tantas oportunidades para lucirse como el personaje de Hunnam (quien es uno de los actores fetiche de Ritchie).
Como es costumbre en el cine del británico, en The Gentlemen encontramos momentos violentos, humor británico, vueltas de tuerca marca de la casa, y personajes carismáticos (destacan el Coach de Colin Farrell, o el Dry Eye de Henry Golding, mientras que hay otros que no tienen demasiado tiempo para lucirse, como es el caso de Michelle Dockery).
Si bien The Gentlemen no es una obra maestra ni termina por devolver a Ritchie a la primera división de los directores (se parece demasiado a Snatch, y en casi todo sale mal parada en la comparación directa), es un retorno más que decente a un género en el que se nota que disfruta, y en el que sin duda está más cómodo que en los remakes de Disney.