«Comprometida» es una pieza de teatro breve, escrita y dirigida por Samuel Pinazo y protagonizada por Lucía Moreno y Antonio Navarro, que ocupa un papel protagonista en la cartelera de la Sala Microteatro de Málaga de este mes
Una pieza de microteatro es siempre el terreno ideal para demostrar si un autor ha entendido las enseñanzas de Grotowski. En una época en la que cada vez más el cine conquista con mayor soltura y verdad el arte dramático, el teatro ha de volver a lo esencial, a lo orgánico, a que no haya mediación tecnológica entre lo expresado por el actor y la recepción de su público.
Comprometida es una obra escénicamente paupérrima que ayer presenciamos un paupérrimo número de personas en un paupérrimo espacio en unos paupérrimos quince minutos. Y lo paupérrimo se convirtió en virtud, en riqueza. Un cuarto de hora que no podría haber estado más aprovechado. Lucía Moreno y Antonio Navarro daban vida a una pareja enzarzada hábilmente en un partido de tenis en el que la pelota de la razón oscilaba con limpieza y precisión. El guion de Samuel Pinazo (Hécate y la frontera), ágil, picado y de sorprendente y cinematográfico final, parecía contener un horror vacui que no daba tregua al silencio.
Un buen texto y unos buenos actores que le den voz. Un creador no necesita de mucho de más si es hábil. Este opúsculo lo confirma aunque, para ser sincero, bien es cierto que quizá hubo algún momento de alegato moral que hubiera de necesitado de más desarrollo del que el formato le imponía. En cualquier caso, es sólo una pequeña mácula que no enturbia una obra en la que un dicho parece revertirse: lo breve, si bueno, dos veces breve.