Si algo esperan siempre todos y cada uno de los habitantes de la ciudad de León es esa fecha de principios de octubre marcada en carmesí en el calendario. Por delante incluso de las Fiestas de junio de San Juan y San Pedro –las que podrían llamarse como ‘fiestas oficiales’- el día 5 de octubre, las Fiestas de San Froilán son, sin miramientos, las más tradicionales y folclóricas de toda la provincia.
A lo largo de una semana, y teniendo como auge el quinto día del mes, las fronteras de la Región Leonesa se visten de gala ante la celebración en honor al Patrón de la Diócesis de León, San Froilán. Una tradición que se remonta a la Edad Media y que ha traído, hasta nuestros días, costumbres tan orgullosas como los Carros Engalanados, la Romería de la Virgen del Camino, la ceremonia de Las Cantaderas o el desfile de los Pendones; entre muchas otras cosas.
Una auténtica alegría para las calles de la capital del Reino que hace sacar el orgullo cazurro a todos y cada uno de los habitantes de esta histórica región que es León. Aunque, para pensar en estas celebraciones, primero debemos conocer un poco más acerca de la historia que rodea al Santo de la Diócesis de León. La historia de San Froilán de León.
Por y para el pueblo leonés
Froilán nació en Lugo en el año 832 (ciudad de la cual es Patrón). A la edad de 18 años decide dejar su vida y su familia atrás para trasladarse a las montañas del Cebreiro –en la misma provincia gallega- para, más tarde, dejar atrás su tierra natal para adentrarse en los montes de El Bierzo como un ermitaño.
Desde ese momento, la tarea de Froilán no es otra que predicar la palabra de Dios por todo el marco leonés. Aunque esta ‘odisea’ no la realizará solo. En las montañas del Curueño (Valdelugueros) conoce a Atilano; un sacerdote aragonés que será su fiel aliado en su cristiana tarea. Su fama es tal que el propio rey Alfonso III les encarga evangelizar y repoblar el territorio del Duero en Zamora.
Los Carros Engalanados ya forman parte de la milenaria festividad leonesa. Autor: Ramiro
El año 900 será clave en la historia de Froilán y de León. Por aclamación de la población, Alfonso III nombra a Froilán sacerdote y, posteriormente en el día de Pascua de Pentecostés y como testigo la Catedral de León, es nombrado obispo de la Diócesis de la ciudad. Cinco años después, el 5 de octubre del 905, Froilán fallece y es enterrado en el mausoleo del monarca y declarado por la iglesia patrono de la Diócesis de León.
Entre sus hechos más populares, existe la leyenda de San Froilán y el lobo. Los antiguos textos cuentan que, estando de ermitaño viajando con su asno, en el camino es sorprendido por un lobo feroz que no duda un instante en abalanzarse sobre el animal de carga de San Froilán. Al darse cuenta, se acercó al lobo y con tan solo una mirada el cánido se convirtió en su fiel compañero; llegando incluso a cargar con sus alforjas durante los viajes, pegado a su pierna derecha.
Tradición milenaria, orgullo de León
Desde El Bierzo hasta la abrupta zona montañosa de La Cabrera, pasando por el Páramo Leonés o la capital, la provincia de León espera ansiosa el comienzo de las festividades en honor a San Froilán. Música, gastronomía, folclore y tradición están a la orden del día en prácticamente una semana en la que todo ciudadano del Reino se siente orgulloso de su pasado e historia leonesa.
Dentro de las tradiciones, el domingo anterior al 5 de octubre tiene lugar la celebración de las Cantaderas, una conmemoración a la victoria cristiana de la mano del rey Ramiro I de Asturias en la Batalla de Clavijo frente a las tropas musulmanas de Abderramán II. Y, al igual que las Cantaderas, el mismo día a la mañana tiene lugar el tradicional desfile de los pendones leoneses (un pendón se compone de un mástil de hasta 14 metros de alto con una tela o paño en el extremo que simboliza la localidad de procedencia). Un total de 285 varas de hasta 182 localidades de León llenan de color todos los años la Plaza de la Catedral.
La morcilla de León es uno de los productos más típicos de la festividad de San Froilán
Durante la festividad, el desfile de los Carros Engalanados se rige en los programas de Fiestas de San Froilán. Estos carros recorren toda la ciudad, llevando en su interior a niños y adultos vestidos con trajes tradicionales y pujados por una pareja de vacas, bueyes, caballos o burros. Aunque como acto principal del 5 de octubre se encuentra la Romería de La Virgen del Camino; declarada de Interés Turístico Regional y Provincial.
En la tradición participan siempre miles de personas cada año. Consiste en una procesión en la que la imagen de San Froilán viaja hasta la Basílica de la Virgen del Camino. Al llegar, la milenaria historia hace efectuar a los procesionantes el tirón de nariz a San Froilán y el beso al manto de La Virgen del Camino. Tras ello, los habitantes leoneses se movilizan hasta el mercado establecido en el mismo municipio, donde pueden comprar y degustar los productos típicos de la época, como las castañas de El Bierzo, morcillas, chorizos, ajos, miel o avellanas.
