¿Podrá un amor puro y verdadero sobrevivir en una sociedad ultra conservadora? Wanuri Kahiu dirige Rafiki, ¡vedla y disfrutadla!
Rafiki fue reconocida en los Óscar africanos, el Festival Panafricano de Cine y Televisión de Uagadugú, llevándose una de las protagonistas el premio a la mejor actriz, pese a haber sido vetada en su país por «fomentar el lesbianismo». ¿Cómo no os voy a recomendar una película que ha crispado tanto el ambiente?

Fuente: Big World Cinema
Ficha técnica
- Título: Rafiki
- Año: 2018
- Duración: 83 min.
- País: Kenia
- Director: Wanuri Kahiu
- Guionista: Jenna Cato Bass y Wanuri Kahiu
- Género: drama
- Productora: Coproducción Kenia-Sudáfrica; Ape&Bjorn As / Big World Cinema / MPM Film / Razor Film / Rinkel Film / Schortcut Films
Sinopsis
Kena y Ziki, dos estudiantes que viven en Nairobi, llevan vidas muy distintas. Sin embargo, ambas hacen todo lo posible por alcanzar sus sueños y se conocen durante la campaña electoral que enfrenta a sus padres. Parece amor a primera vista y empiezan a verse a escondidas, a espaldas de sus familias y una sociedad keniana muy conservadora que jamás verá su amor con buenos ojos.
Opinión
No hay mejor forma de regresar que con esta pedazo de película que me dejó con los ojos como platos cuando terminé de verla. Es una historia tan bonita y triste, pero tratada de una forma tan abierta y con tanto tacto que es imposible que no se te remueva algo por dentro.
La situación de la comunidad LGBT en Kenia es bastante crítica, se dan muchos casos de violencia homófoba y cada vez se dan más casos de refugiados y solicitantes de asilo. Por ello considero muy necesarias estas películas con alta carga social y emocional, que saquen a la luz los problemas y siembren semillas de concienciación en la sociedad.
En cuanto al reparto, las dos actrices protagonistas me encantaron. Ziki, interpretada por Sheila Munyiva, es dulzura extrema y se le nota la alegría en cada escena. Por otra parte, Samantha Mugatsia le da vida a Kena, quien parece más centrada; tiene claro que quiere estudiar una carrera y parece más introvertida.
Lo más curioso es que toda su comunidad se centra en si sus padres sabrán que son amigas, al ser ellos rivales políticos. Sin embargo, a nadie se le cruza por la cabeza la posibilidad de que puedan estar enamoradas, ¿raro? Pues va a ser que no. Me parece un claro guiño a la invisibilización total que sufren las parejas de mujeres.
Por otra parte, en la película también se dan otros casos de homofobia normalizada como los sermones en misa o el acoso que sufre un chico homosexual de la comunidad. No me extraña que haya causado tanto revuelto entre los más tradicionales del país, siendo incluso prohibida por el organismo de censura cinematográfica. Pero vamos, que ya es buen momento para que las cosas empiecen a cambiar.
Wanuri Kahiu cuenta con un cortometraje (Pumzi, 2009) y otra película (From a Whisper, 2009). Esta última se centra en contar los acontecimientos que se dieron tras al ataque contra la Embajada de Estados Unidos en Nairobi en el verano de 1998.
