La nueva película de Disney·Pixar, Onward, está dirigida por Dan Scanlon (Monstruos University, 2013) y se estrena este viernes.
Onward presenta un punto de partida muy atractivo: un universo fantástico formado por criaturas diversas como centauros, unicornios o elfos -como la familia protagonista- y la existencia de la magia, aunque esta haya desaparecido. Pero la vida moderna ha provocado la pérdida de los dones que poseía cada especie y la fantasía solo permanece en la memoria y los libros: incluso la magia ha desaparecido y se cree que su existencia es más como una leyenda.
Pixar, una vez más, no defrauda. La película, aunque no sea de las mejores creadas por el estudio de animación, cumple con las expectativas. Onward comienza bien, con una premisa interesante y con un guion muy activo, pero se desinfla en varios tramos dada su falta de originalidad en la esencia del filme, que sigue por completo la línea creativa del estudio. Entre ellos, da la impresión de que hay diversos comportamientos de los personajes que se repiten una y otra vez entre los diferentes títulos de la compañía.
En cambio, los fragmentos que optan por el aspecto sentimental, principalmente, de la unión familiar de los protagonistas, están al mismo nivel que las anteriores películas publicadas por el estudio.
El ambiente de Onward crea, aún así, una historia atípica para Disney, que han optado por una idea nueva e inesperada. La atmósfera a lo ‘Dragones y Mazmorras’ acompañada de la apariencia rockera de algunos personajes consiguen un estilo raro cuanto menos. Pero el espectador no debe confundirse con estos aspectos, pues sigue siendo una película familiar de animación que mantendrá entretenidos tanto a niños como a adultos.