El coloquio organizado por la Academia de Cine abordó temas que en la actualidad suscitan discusiones relacionadas con la hermandad que ha surgido entre los dos mundos audiovisuales
La sala de proyecciones de La Fundación Academia de Cine se llenó ayer de amantes del mundo audiovisual para escuchar a los ponentes que participaron en la mesa redonda Nuevas series: ¿televisión o cine?, moderada por la guionista Isabel Vázquez y presentada por el presidente de la Academia, Mariano Barroso. En ella, profesionales relacionados con el cine y la televisión expusieron su punto de vista acerca de la hermandad que parece haber nacido entre ambos mundos. También sobre asuntos como la concepción de las series actuales como un producto nuevo o la polémica de los premios y los festivales ante las películas que provienen de plataformas y que no son estrenadas en salas.
Para Ángela Armero, guionista de series como Seis Hermanas y Velvet, las series actuales no difieren de las que se crearon hace 20 años, aunque sí que “podemos percibir más calidad”. Sin embargo, Fernando Bovaira, productor de películas como Los Otros o Promoción Fantasma y las series Crematorio y Cuerpo de élite, entre otras, insistió en que la novedad está en la cantidad y diversidad de series que se producen actualmente, algo que ha definido como una “explosión”.
El guionista Alejandro Hernández (El día de mañana, Los nuestros) ha explicado en la tarde de ayer que, a pesar de escribir guiones de series para televisión y para plataformas digitales, no existe ninguna diferencia en su forma de crear que vaya más allá de la exigencia en cuanto a los tiempos de entrega. “No escribo con menor nivel un guion para un producto que, por ejemplo, vaya destinado a Mediaset; eso es poco profesional”, sentenció.
Más reconocimiento para las series
En la charla también estuvo presente el periodista Fernando Lara, que en su discurso propuso a La Academia incluir en sus galardones una categoría destinada al reconocimiento a aquellas series de ficción cerradas que lo merecieran. Fueron sus palabras las que dieron lugar a otro de los debates más interesantes de la tarde.
Teresa Fernández-Valdés, de Bambú Producciones (Fariña, Las chicas del cable) explicó que cuando acudes como jurado internacional a unos premios de series extranjeras no se tiene la oportunidad de analizar la serie al completo porque en ningún momento se le facilita la producción completa. Es decir, los criterios para juzgar una serie no guardan relación con lo que pueda suponer puntuar una película, por lo que se trata de algo mucho más complicado de lo que pueda parecer. Por ejemplo, tal y como apuntó Conchi Cascajosa, directora del Máster de Guion de la Universidad Carlos III, “en los EMI hay premios para capítulos concretos de las series, no para toda”.
Una nueva forma de consumo
Otro de los aspectos que se trataron en la tarde de ayer fue la forma de ver películas que existe en la actualidad; convertir el salón de casa en una sala de cine gracias a los catálogos que ofrecen Netflix, HBO, etc. Dichas plataformas permiten que muchas series producidas en España lleguen al público para el que son diseñadas. Incluso muchos de sus directores lo son también de films. Es el caso de Ramón Salazar (Élite, La enfermedad del domingo), quien explicó que, como profesional, pone la misma pasión y entrega cuando trabaja en cada uno de los campos audiovisuales.
Respecto a la posible novedad que puedan presentar las series que se crean ahora, Salazar opina que “está en cómo podemos consumirlas, ya que antes era una quimera seguir una serie al mismo tiempo que se estaba emitiendo en EEUU”. Las series actuales se crean para ser consumidas de otra manera, dejando atrás las tradicionales, donde cada capítulo supera los 70 minutos de duración. Muchas producciones que no consiguen ser un éxito cuando son emitidas en televisión, luego se convierten en lo más visto en las plataformas, de tal manera que, en el caso de algunas series españolas como La casa de papel, se convierten en un fenómeno mundial.
