La cuarentena ha sido el momento perfecto para muchos artistas para sentarse a componer. Y cabría pensar lo mismo sobre Yonse cuando, entre la sonrisa, se escapa: “Justamente me pillabas grabando”.
Pero no es así.
“Antes de la cuarentena me dedicaba a componer, me autoexigía mucho. Justo al empezar la cuarentena he sentido que si seguía así iba a ser peor para mí. […] No me salía componer, me he hecho un ‘bricomaniaco’. Estoy haciendo un montón de trastadas.”
Lo de componer ha sido cosa de hoy.
La brisa de verano, el calor y el optimismo siembran recuerdos que florencen en inspiración para él: “Ahora que se ha calmado la cosa parece que mi corazón se está abriendo”. De ahí que, en pocos días, Spotify eche humo con su nueva canción, Miércoles de agosto, que está a punto de salir del estudio de grabación para colarse en los auriculares de cada uno de sus fans. “Por mi habría sacado Miércoles Agosto hoy, pero estoy aprendiendo a controlar, sin la impulsividad. […] A mí lo que me mola es escribir algo que siento y soltarlo”.
Relata que, antes de entonar sus primeras rimas ante un micro, no estaba contento con su vida. Trabajaba es un almacén lleno de polvo: “le llamaban el polvero por eso”.
Y entonces llegó la música.
Su historia está tatuada en su piel y escrita en sus canciones: “La música refleja tus momentos”. Por ello, en su discografía encontramos su camino, desde el paso por la depresión hasta la superación de la misma: “Mayo contaba mi depresión, Tormenta Herida fue superarla, evolucionar y madurar”.
¿Y ahora?
“Ahora estoy en ese momento de sentir y componer”.
Yonse predica que los sueños hay que perseguirlos, que se puede ser lo que uno quiera. Lanza la pregunta de que ¿cuánta gente hay que dice: ¿yo quiero ser actor, yo quiero ser cantante? Pero ¿cuánta gente se queda sentado y se va a hacer otras cosas? Y puntualiza: “Quizás esa sea la diferencia entre otras personas que se puede dedicar a esto tranquilamente, y yo”.
Y con esa misma filosofía deja caer las migajas de los sueños que ha tenido a lo largo de su vida. Primero futbolista, pero “luego me di cuenta de que me gusta más comer que correr”; luego hizo algo de arte dramático a escondidas, e incluso le llegaron a vender el sueño de Zack Efron “pero no me fue bien ni en el instituto ni en el amor”.
Y el consejo más importante para hacer realidad lo que quieres es, según él es “empezar quererse a uno mismo y mandar (con perdón) a chuparla a todas esas personas que disfrutan viéndote en esa pena en la que yo estaba”.
Hoy por hoy le asociamos a la música y, dentro de poco, puede también a Netflix: “Están pasando cosas ahora sobre actuar, pero no puedo contar mucho. Si dices un deseo en voz alta, se rompe”.