El concierto de Melendi fue el último de la temporada en Castrelos y superó las expectativas al congregar a una multitud nunca antes vista
Melendi se encargó de despedir la temporada veraniega de conciertos en Castrelos por todo lo alto con un lleno histórico. Según el alcalde de Vigo, fue el de mayor afluencia de la historia.
El asturiano hizo parada el sábado 17 de agosto en Vigo con su gira 20 años sin noticias con la que celebra sus dos décadas en la música. Sorprendió con su directo y contó con la participación del público desde el primer momento. Hizo vibrar Castrelos al ritmo de sus éxitos durante las casi dos horas que duró el concierto.
Sorpresas e invitados especiales
Melendi dio la bienvenida al público con El parto, canción en la que se pudo ver una de las sorpresas que tenía preparadas. Sin que nadie lo esperase unas llamaradas de fuego dieron potencia al inicio. Volvieron a ser protagonistas en otras canciones como Billy el pistolero.
El artista se mostró abrumado por la cantidad de gente que había en Castrelos. “Sois muchísimos. Estoy más que agradecido después de 20 años”, reconocía. Además, se alegró de ver a tanta gente joven, algo que no se esperaba y que confesó que está pasando en esta gira.
Entre los asistentes estaban Borja Iglesias y Carlos Domínguez, jugadores del Celta, que le hicieron un regalo a Melendi antes de que actuase. Los futbolistas conversaron con el artista y le entregaron una camiseta del Celta.
El asturiano no llegó a ponérsela pero la dejó durante gran parte del concierto en una silla. Además de enseñar la camiseta del Celta mostró un toalla que, por el mensaje que se podía ver en la parte trasera, sería un regalo de sus fans.
Locura desatada
Desde el principio el público se implicó y participó en el concierto cantando y dando palmas. El concierto fue una gran fiesta de rumba y pop. Los asistentes demostraron saberse todas las canciones e incluso reconocían algunos temas con los primeros acordes.
La mayor locura se desató con Loco, Caminando por la vida, Barbie de extrarradio y La promesa, en las que el público se dejó la voz. Consciente del dominio de las letras, Melendi decidió dar protagonismo a las voces del público y les puso el micrófono para que cantasen en temas como Un violinista en tu tejado, Destino o casualidad y Tu jardín con enanitos.
Un mar de luces en Castrelos
Las canciones más íntimas de Melendi animaron a los asistentes a iluminar Castrelos con las linternas de sus móviles, algo que ocurrió en hasta dos ocasiones.
Sonó Llueve y Castrelos se convirtió en un mar de luces. Además, Melendi dejó al público que cantase el estribillo.
Lo mismo ocurrió más tarde con Cenizas en la eternidad. Las pantallas fueron haciendo un recorrido por el público, una muestra más de agradecimiento al público por su presencia al darles protagonismo. Fueron dos de los momentos más mágicos de la noche, pero no los únicos.
Tierna pausa y canción a medias con el público
Sin duda uno de los momentos más especiales y tiernos fue cuando Melendi decidió parar de manera inesperada el concierto mientras interpretaba Un recuerdo que olvidar para darle un beso a una niña pequeña que estaba en las primeras filas. Bajó del escenario y aprovechó también para saludar a los asistentes que estaban más cerca.
Melendi demostró complicidad con el público al interpretar a medias y a capela So payaso de Extremoduro. Él iniciaba la frase y los asistentes la completaban. Así introdujo y presentó Arriba Extremoduro.
Tras ella sonó la que parecía la canción final, pero todavía quedaban los bises. Interpretó Canción de amor caducada y llegó otra de las sorpresas que el asturiano tenía preparadas. Una explosión de confeti con forma de hoja de marihuana tiñó de verde la platea. Abandonó el escenario pero no tardó en volver para poner el broche de oro a la cita.
La fiesta final
Melendi se despidió de Vigo con una canción de agradecimiento que publicó hace un año en la que reflexiona sobre su trayectoria musical y uno de sus éxitos de 2012.
Así, sonaron Gracias por venir y Lágrimas desordenadas, que hizo vibrar Castrelos. Confesó que escogió esa canción para cerrar el concierto “más up”. El público lo dio todo saltando, bailando, dando palmas y dejándose la voz.
El fuego volvió a irrumpir con fuerza en el escenario. Fue una gran despedida a la cita y a los conciertos de Castrelos. Un cierre por todo lo alto.