La granaina nos vuelve a deleitar con una canción rompedora, como ella es. Quejío Nazarí se presentó con muchas ganas y también con incertidumbre, ¿cómo se lo tomaría el público? ¿Y las plataformas?
Vinila Von Bismark rehace la historia de Boabdil, el último califa nazarí, quien entregó la ciudad de Granada en su última lucha, mirando por su pueblo sin derramar una sola gota de sangre. Vinila cuenta que la historia le trató como un traidor, como un poco hombre, pero al contrario de lo que piensan otros, para ella fue un acto honorable.
Con esta historia cuestiona uno de los problemas más candentes de la sociedad actual: la lucha en convivencia de diferentes religiones y razas. Algo que ha existido desde siempre, pero que parece que en vez de avanzar hacia buen puerto, retrocede. Para Vinila está claro: “Quieren dividirnos para que cuando lleguen al trono aceptemos su asiento desde el miedo”.
Quejío Nazarí
Es una canción armónica con melodía, escenario, vestuarios y estructura andalusi. Está compuesta por notas árabes en su totalidad, que acompañado con la voz ronca de mujer crea sensaciones evocadoras. Escuchamos casi en susurro la letra de la canción, y los silencios presentes en varios cortes crean el cuerpo de un tema vibrante e inusual.
El videoclip tiene múltiples referencias a ambas culturas; cruces, mujeres con velo, con burka, cadenas, trajes típicos de la Semana Santa cristiana… Todo acompañado de un fuerte erotismo, y es que en Vinilia existen aspectos que echaríamos en falta si no estuvieran. La naturalidad y el erotismo son dos de ellos.
Quejío Nazarí es el arte de la simbiosis sin miedo, ni odio, ni reticencias. En el minuto 03:15, Vinila como cristiana acepta las llaves de la ciudad, y una milésima de segundo antes aparece sangre, en representación de la “no lucha”. La propia artista, antes de estrenarlo, comentó en sus redes sociales que se sentía inquieta por las reacciones. Y lo que ha producido, sin duda, ha sido magia.