Este reconocimiento nace y florece desde el amor y la libertad de todos aquellos que nos guiamos por el corazón y luchamos por conseguir hacer de este mundo un lugar más sano, más profundo, más puro y un poco más nuestro.
Hoy, en tiempos en los que el odio, el racismo, la xenofobia y la homofobia es protagonista en nuestros días y las sombras que oscurecen tantos cielos quieren sembrar el miedo, el malagueño, Pablo Alborán, quiere ser igual de libre que en todos estos diez años nos ha dejado ser con sus canciones. Y lo hace desde el profundo sentimiento más puro, con la intención de sanar y aportar a estos tiempos grises, la luz y vida que, desgraciadamente aún en estos tiempos, a muchos les aviva.
Nunca la libertad debió ser noticia, nunca la libertad debió ser fruto de juicio y prejuicio ni objeto de debate para nada ni nadie, pero nunca un mundo estuvo tejido a medida de todo y todos, ni tampoco todos tienen ni entienden la profundidad que se siente al dejarnos sentir siendo verdad, amor y libertad.
La música une y nos une, la música para todos los que la sentimos es refugio y búnker de todas aquellas palabras que en ocasiones no somos capaces de expresar por nosotros mismos, a veces simplemente, por el mero hecho del miedo a sentirlas o tal vez porque necesitamos que alguien las cuente por nosotros. Y nunca nadie debió sentirse coartado de contar su propia historia o con miedo de hacerlo y poder por fin ser totalmente libre. De ahí nace el profundo respeto y admiración a quien nos dio vía libre en forma de unos acordes y una historia que admirar para sanarnos el alma. A pesar de que este mundo obligaba a cerrar los ojos y acallar otras muchas sensaciones que aún quedaban por contar.
Desde la libertad
Pablo, ya ninguna ladrona robará tu piel porque hoy eres tú el dueño de tu libertad, ni tendrás que estar en brazos de ella porque siempre te sentiste puro y libre con tu alma y tu ser pero hoy, por ti, lo eres un poquito más
Hoy la música vuelve a ser el instrumento que más alto suena para silenciar el odio y grita a viva voz por la libertad, el respeto, el amor y la solidaridad. Hoy la música vuelve a ser instrumento para ser y hacernos sentir verdad.
Desde “el amor que nos hace más fuertes y mejores” hasta la intención de “un grito que tenga más valor y peso”, Pablo ha querido sanarse y sanarnos a todos un poquito más el alma, por amor a él y a la libertad de sus canciones, por su felicidad, libertad y por amor a todos aquellos y aquellas que, por este mundo que aún nos rodea, siguen buscando un lugar del que ya son, se sienten y habitan y seguimos luchando día tras día para concienciar que es el mismo que nos une y en el que todos somos libres de sentirnos vivos.
Porque nunca la música y el amor al unirse tuvieron tanto sentido, hoy hay almas que suspiran un poco más aliviadas, voces que resuenan por encima del odio y se siembra la esperanza de que llegue el día que no sean necesarias hacer declaraciones para sentirnos un poquito más puros, más libres y más vivos. Gracias Pablo, esto es fruto de la semilla de tu valentía a un mundo con más verdad que contar. A vivir, que la vida se va.
