Crónica de una tormenta ha sido presentada esta mañana dentro de la Sección Oficial a Concurso del 23º Festival de Cine de Málaga y cuenta con un tándem protagonista formado por Clara Lago y Ernesto Alterio. Tras su visionado, hemos podido charlar con la directora, Mariana Barassi.
Superado el ecuador de un Festival de Málaga atípico, acudimos una vez más a la terraza del AC Málaga para mi entrevista con un rostro nuevo dentro de este abanico de realizadoras al que, afortunadamente, tanto este festival como la industria del cine en general en España se están esforzando en dar visibilidad. Mientras espera a su gigante entrevistador del día, RNE, Mariana Barassi tiene a bien dedicarnos unos minutos al tiempo que apura el café que le ayude a afrontar el día.
P. ¿De dónde surge la idea de adaptar al cine Testosterona, de la dramaturga mexicana Sabina Berman?
R. La película surge a partir de una sugerencia del productor. Me propuso ver en Madrid la obra de Sabina. La adaptación del texto fue en consonancia con profesionales, tanto españoles como argentinos, que trabajan en prensa y que me fueron asesorando. Hemos incidido bastante en el tema de las fake news, ya que anteriormente no estaban tan en boga como ahora. Luego, junto a los protagonistas, Clara Lago y Ernesto Alterio, hemos ido reajustando también el arco de los personajes desde el inicio hasta el final del rodaje.
P. ¿Qué has tenido que sacrificar del texto original?
R. Creo que he mantenido bastante el espíritu general de la obra, pero sí que he bajado el rango de edad de los personajes porque me parecía interesante que el de Ernesto fuera el rol de una persona que se ve obligada prematuramente a jubilarse y dejar un puesto de tanto poder a una edad temprana.
P. Uno de los grandes temas que trata Crónica de una tormenta es el de la ética periodística. ¿Han desviado los profeionales de este sector su foco de atención de la verdad hacia titulares que provean de más clickbaits?
R. Los medios de comunicación están movidos por intereses económicos y políticos. Forman parte de grandes holdings empresariales. Los personajes en la película, por tanto, se plantean qué es la verdad dentro de ese desencantamiento profesional en el que se mueven y en el que se encuentran desamparados.
P. ¿Es una quimera entonces la búsqueda de la verdad?
R. Nos hemos ido acostumbrando a decodificar la avalancha de información que diariamente nos llega y a leer de manera transversal todo, poniendo en tela de juicio ya no solamente lo que se nos cuenta sino desde dónde nos llega y a qué intereses responde.
P. Otro gran tema en la película son las luchas de poder dentro del entorno laboral. ¿Crees que es posible deshacerse, como propone el personaje de Clara Lago, de las jerarquías a las que estamos acostumbrados en pos de una forma de liderazgo más horizontal?
R. Ella sufre precisamente ese colapso durante el transcurso de los acontecimientos de la película. Su dilema es si mantenerse dentro de esa entereza ética que la caracteriza o ceder sus ideales en beneficio de acceder a un espacio de poder donde quizá pueda llevar a cabo de manera más eficaz su objetivo de cambiar las cosas. Es un poco este círculo que no se termina nunca de cerrar, en el que si no accedes a esa jerarquía no tienes el poder de ejecutar cambios sustanciales. Al final hay que resignarse.
P. ¿Cómo de difícil es encontrar los apoyos y la financiación suficientes para que alguien tenga la oportunidad de lanzar su ópera prima en este país?
R. Ya es bastante difícil ser una creadora novel en mi país, en Argentina, así que puedes imaginarte cómo debe serlo aquí como extranjera. Yo he tenido mucha suerte con mi productor que ha confiado mucho en mí a la hora de llevar el proyecto adelante. También es cierto que las nuevas políticas cinematográficas de España están apoyando las iniciativas lideradas por mujeres y eso nos ha facilitado las posibilidades de financiación.
