El autor francés Marc Petitjean saca a la luz el romance de su padre con la artista mexicana Frida Kahlo. La historia se remonta 80 años atrás, en 1939. Ella viajaba a París para inaugurar una exposición.
La relación entre Frida y Petitjean padre se rompía una noche de marzo de aquel mismo año. Su hijo, cineasta y fotógrafo, colgó el cuadro El corazón (1937) en su salón, obsequio de ella. La obra representaba a la propia mexicana, con una barra metálica de un tranvía atravesándola.
Marc Petitjean no supo el verdadero significado del cuadro, hasta el momento que un periodista de México fue a contarle el secreto. Todo ello veinte años después del fallecimiento de su padre.
«Tenga. Aquí está lo que he descubierto basándome en los archivos de la pintora Frida Kahlo«. Estas fueron las palabras que escuchó Marc. Se trataba de un artículo que salió a la luz en 2004. Antes de morir Frida y su marido, el pintor Diego Rivera, la Casa Azul, lugar donde vivieron, fue sellada por orden de ambos.
La historia de Petitjean con la mexicana comenzaba cuando ella fue a París, con motivo de la exposición ‘México‘ a cargo del surrealista André Bretón. En ese ambiente, llegó él a la vida de Frida. Los descubrimientos en el baño de la Casa Azul demostraron que la artista fue muy feliz en París. Petitjean tuvo mucho que ver con aquella felicidad.
El escritor de El corazón: Frida Kahlo en París nunca se dio cuenta de la relación entre ella y su padre. «Sabía que Frida le había regalado el Corazón, pero nunca me contó que hubieran tenido una relación«.
En este libro, que ahora llega a España, Marc plasma su investigación durante un par de años. Su resultado le sirve para reconstruir el romance de Michel y Frida. Aquel cuadro, que encerraba un misterio, se subastó en 1992. Decisión tomada por Petitjean padre, antes de morir, a cambio de 935.000 dólares.