Columna de alguien que aprende a conducir en Málaga con un Hyundai i20 amarillo. Despacio y por la derecha. Buena semana a todos.
“¡No, el embrague de golpe no!» ¡¡Tracatrá!! Otra vez se me ha calado. Jorge ya no sabe qué hacer conmigo. Acabo de pagarle un pack de 20 clases prácticas. No espera ni a que me baje del coche para abrir la guantera y sacar su paquete de Marlboro. Me acuerdo de la foto que publicó Diez Minutos en la que salía Victoria Federica yendo en patinete fumándose un cigarro. Qué cachondeo y qué de cigarros voy a financiarle yo al Jorge este. Mis clases del coche huelen a tabaco y a gel hidroalcohólico. “Es el protocolo”, y me echa un chorro en las manos.
Mañana igual, a las 16:15. Me gusta esa hora porque no hay mucho tráfico, aunque en Plutarco siempre hay gente haciendo milagritos. 5 coches en segunda fila he tenido que rebasar hoy. Eso son 10 oportunidades de fallar poniendo los intermitentes. Y las rotondas en Málaga. ¡Ay, las rotondas en Málaga! Que la gente se cree que esto es todo playita, camperos y alegría, pero coge tú la autovía dirección El Cónsul si eres valiente, cógela, que como mínimo hay 4 coches haciendo mal la rotonda del Clínico. Se te cruzan y te cortan el paso. Así no hay manera, y lo digo muy en serio.
Voy tan lenta en los cedas que ni me ceden. El conductor del 18 sí que ha tenido compasión y me ha dejado pasar, menos mal. “Vas a 2.000 revoluciones, haz el favor de cambiar de marcha ya”, me dice Jorge con la paciencia que le queda. Me acuerdo de mi bisabuelo Vicente, que una vez fue en primera desde la Carretera de Cádiz hasta el aeropuerto. Llegó el coche echando humo. Qué tío, le daba igual. Le iban pitando y a él le iba dando igual. A mí me ha pitado uno cuando iba por Herrera Oria hacia abajo. Que se aguante, tanta prisa, tanta prisa. ¿A dónde iría? Si lo que hay que hacer ahora es quedarse en casa. ¿Es que no ha oído lo que ha dicho Juanma Moreno?
Donde no debo tener prisa es al salir de las rotondas. La de la Cruz del Humilladero es la peor. En vez de pisar el freno piso el acelerador, mira tú qué tontería. Y si nos ponemos a hablar de tonterías, una que hace mucho la gente es cruzar sin mirar. En Los Corazones una señora se ha tirado a la carretera sin pensárselo y he tenido que frenar de golpe. Hay que mirar siempre antes, en todos los aspectos de la vida, que los frenazos bruscos no traen nada bueno nunca.
Yo iré así, recorriéndome Málaga a las 16:15 todos los días, bordeando coches en Teatinos, cambiando a marchas largas en las calles de Ciudad de la Justicia y haciendo lo mejor que puedo la rotonda de al lado de Psicología. Jorge se echará su cigarro entre alumno y alumno, como Victoria Federica. Él en un Hyundai i20 amarillo.
