Vuelve la ministeria: “Tiempo al tiempo”

La reseña de hoy va dedicada al cómic Tiempo al tiempo, primera incursión en el noveno arte de la obra transmedia creada por los hermanos Pablo y Javier Olivares, editado por Aleta Ediciones

Cuando el 24 de febrero de 2015 se estrenó El Ministerio del Tiempo en Televisión Española, pocos imaginábamos que estábamos ante una serie que iba a marcar un hito dentro de la historia de la televisión en España. La aventura, que comenzó con los hermanos Olivares dando forma al proyecto que siempre quisieron llevar a cabo, recibió una respuesta enorme por parte del público, que no siempre se ha traducido en audiencias espectaculares, pero sí en un fandom sólido, volcado con la serie y con todos sus implicados (guionistas, directores, showrunner… además de las caras visibles de los actores), que ha respondido con entusiasmo ante cualquier propuesta (sin ir más lejos, para el preestreno del primer episodio de la tercera temporada organizado en Barcelona, en apenas un par de horas se agotaron las entradas para llenar el Teatro del Liceu de ministéricos ávidos por ver antes que nadie el retorno de la serie).

Ante este caldo de cultivo, El Ministerio del Tiempo ha ido creciendo y trascendiendo la pantalla: comenzó con una pequeña tienda online de merchandising (con la maravillosa iniciativa de colaborar con los aficionados, de modo que pueden encontrarse numerosos fanarts como diseños de productos oficiales), y se han ido sumando episodios radiofónicos, episodios de realidad virtual, aplicaciones que descubren los secretos de cada episodio, la novela El tiempo es el que es, un juego de mesa… Por supuesto, dentro de ese panorama no podía faltar el cómic oficial.

Editado por Aleta Ediciones, el guion corre a cargo de El Torres y Desiree Bressend, el dibujo de Jaime Martínez, el color de Sandra Molina y la separación de color de Alejandro García Cutillas. La edición, muy cuidada y en tapa dura, sitúa muy visible en la portada el logotipo del Ministerio, sin embargo, relega a la contraportada la mención al “éxito de RTVE”, cosa que me parece de agradecer. En el interior, unas palabras de Javier Olivares a modo de prólogo y unas de Jaime Blanch como epílogo, un organigrama de la institución, versiones de portadas alternativas y, por supuesto, la historia.

Tiempo al tiempo narra una aventura que se ubica cronológicamente entre la segunda y tercera temporadas. Como otros productos derivados de la serie de televisión, la historia es canon (es decir, ha ocurrido dentro de la realidad de la serie) y contribuye a enriquecer el universo del Ministerio.

Personalmente, debo reconocer que el estilo del dibujo, al principio, me hizo tener ciertas reticencias. Al hojearlo, la primera impresión que tuve fue negativa, no me pareció que pegase con la franquicia, o sencillamente yo esperaba otra cosa y me había hecho unas expectativas diferentes. En cualquier caso, este recelo inicial fue un gran error, ya que el dibujo encaja a la perfección con la historia, con el tono… en definitiva, con todo lo que se espera de una franquicia transmedia como es El Ministerio del Tiempo. Una vez leído, es inconcebible pensar que esta historia pudiera tener otro tipo de manifestación visual. El trabajo conjunto de Jaime Martínez, Sandra Molina y Alejandro García Cutillas ofrece un resultado excepcional, que se hace más evidente en determinadas viñetas (algunas, a página completa) cuya fuerza y expresividad hablan por sí solas.

Respecto al argumento, es ante todo un homenaje a la figura de Salvador Martí, subsecretario del Ministerio del Tiempo (interpretado en la serie de manera brillante por Jaime Blanch). Salvador es atacado en su despacho, resultando herido de gravedad, lo que hace que la patrulla integrada por Amelia Folch, Alonso de Entrerríos y Julián Martínez se pongan en marcha, mientras Irene y Ernesto toman el control temporal de la institución. Por supuesto, no faltarán las apariciones de Angustias, Velázquez o Ambrosio Espínola, quien rápidamente se hace con el control de la situación, poniendo a su propia patrulla a investigar (ocasionando roces con Irene).

Quizás uno de los aspectos más desaprovechados, y que nos hace desear que haya futuras entregas, es la patrulla especial de Operaciones Militares del Ministerio, comandada por el propio Espínola. Tras una entrada triunfal y algún que otro gag de por medio, la presentación de esta patrulla, comparándola con el grupo protagonista, pone de relevancia los marcados arquetipos de cada uno de los personajes, definiendo explícitamente los roles que asumen dentro del equipo. Así, nos presentan a una pandillera de Carabanchel, un filósofo andalusí y un militar romano, un trío tan atrayente o más que Amelia, Alonso y Julián. Sin embargo, su papel en la historia se verá reducido a meros ayudantes, con una aparición muy escasa. El carisma que destila esta patrulla nos hace anhelar que su aparición aquí fuera una presentación, como invitados de lujo, para adquirir protagonismo en futuras entregas del cómic.

El Ministerio del Tiempo, con nuevos cambios en su patrulla principal, volverá a nuestras pantallas este lunes 18 de septiembre. Mientras tanto, Tiempo al tiempo.