Reseñamos Que decidan las cerillas, el segundo título de la línea gráfica de Navona Editorial, en el que Kike Narcea adapta el relato El huevo izquierdo del talento, del novelista y poeta Carlos Salem
Kike Narcea es un nombre más asociado al ámbito televisivo y audiovisual, con trabajos como La tira (serie de sketches emitida por La Sexta entre 2008 y 2010), El tiempo de Plácido Meana (largometraje que escribió y dirigió en 2013) o cortometrajes como ¡Tía, no te saltes el eje! (ganador del premio del jurado en la quinta edición de los premios Jameson Notodo Filmfest, 2006). Sin embargo, su trabajo en el cine también estuvo muy vinculado a la producción gráfica, ya que se inició en este medio con la realización de storyboards para algunas películas, como Gente Pez (2001) o Peor Imposible, ¿qué puede fallar? (2002).
Por su parte, Carlos Salem, nacido en Argentina y afincado en Madrid desde hace treinta años, es el autor del relato en el que se basa Que decidan las cerillas, titulado El huevo izquierdo del talento. Esta obra supone la primera traslación a formato gráfico de un trabajo del polifacético escritor, autor de novelas, relatos cortos, poesía y teatro.
Retomando en cierto modo su gusto por los lápices, Narcea ha llevado a cabo la adaptación a cómic del relato imprimiendo un estilo visual caracterizado por un blanco y negro muy contrastado, con grandes sombras, y un diseño de personajes muy próximo al underground, feísta y anguloso.
Este apartado visual se relaciona estrechamente con una parte sustanciosa de la identidad del cómic, anclada en este underground de baretos y tugurios de mala muerte plagados de sexo y drogas, que se entrelaza además con todos los clichés del género negro más clásico y tradicional, de un (anti)héroe torturado y forzado por las circunstancias, hermosas mujeres, femmes fatales y policías corruptos.
En torno a un bar, el de Lola, al que el protagonista, Poe, acude cada noche, se suceden numerosas historias que involucran a los personajes más pintorescos y sinvergüenzas, todos ellos rotos, con la esperanza y la humanidad perdidas, monstruos, sufridores y locos. Un panorama desolador ante el cual Poe no puede hacer otra cosa sino arrojar las cerillas. Si cae ante sí un número par, Poe se obliga a escuchar y servir de alivio al alma en pena sentada a su lado, o a cumplir cualquier petición o favor de conocidos y amigos. Si el número de cerillas es impar, puede negarse, aunque parece que su destino no contempla esa opción.
Así, aunque al principio parece que se trata de historias autoconclusivas, sueltas y anecdóticas, una colección de relatos cortos, el paso de las páginas descubre que en realidad todos estos atribulados personajes tejen la urdimbre de la cotidianidad de Poe y Lola.
La edición cuenta con un inspiradísimo prólogo de Antonio Altarriba, así como un epílogo dedicado a Salem firmado por Carlos Zanón. Tras La ciudad de cristal, Que decidan las cerillas constituye un nuevo acierto que engrosa una línea editorial de cómic muy afín al espíritu de las publicaciones de Navona Editorial.
