Miriam Rodríguez volvió a casa y ofreció ayer un concierto en el Teatro Afundación de Vigo con todas las entradas vendidas.
Miriam Rodríguez aparecía en el escenario tras un breve audio en el que escuchábamos a la artista dar la bienvenida a los asistentes afirmando que «encontré mi lugar, aquí, contigo».
Con semblante serio, Miriam tocaba los primeros acordes de Aquí estás, canción con la que se inició el concierto. Para el momento del estribillo, sus seguidores sorprendieron a la cantante levantando estrellas y corazones.
Acompañada de su ukelele interpretó Passengers, la única canción en inglés incluida en su álbum debut Cicatrices. Aprovechó el estribillo para saludar al público e interactuar con él haciéndole cantar.
En Sin rencor los encargados de iluminar el Teatro Afundación de Vigo fueron los asistentes, que encendieron las linternas de sus móviles e iluminaron a Miriam.
No están incluidas en el disco, pero Miriam tuvo claro que Más de lo que ves y La diferencia debían estar en la gira. Aportaban un toque sentimental y emotivo por la carga emocional de las letras y una sentida interpretación.
Entre ambas interpretó Hay algo en mí, con un mensaje inicial en el que indicaba que «ojalá cuando salgamos a la calle solo sea necesario hablar de libertad y no de valentía».
El momento más emotivo llegó cuando Miriam Rodríguez se situó en las escaleras, más cercana al público, para interpretar Conmigo suficiente. El teatro enmudeció y acompañada únicamente por su voz y su guitarra, sin micrófono, cantó.
Modificó el final para afirmar que «Con Vigo suficiente». Como muestra de agradecimiento, además de aplaudir, los asistentes comenzaron a cantar de nuevo la canción pero cambiando Conmigo por Contigo, porque con Miriam, suficiente.
En Respirar, el público levantó unos carteles en los que le decían a Miriam que nosotros «Vivimos no teu mundo paralelo».
El teatro retumbó con No. Tras la interpretación de Miriam, el público comenzó a cantarla a pleno pulmón, golpeando el suelo con tal intensidad que vibraba todo el recinto.
Miriam derrochaba energía y felicidad. Bailaba y saltaba al ritmo de Me tienes, Lo haremos bien, Prefiero y Discúlpame. Mostraba complicidad con una banda que la acompaña en todo momento. Se acercaba al público para cantarle, haciéndole partícipe del concierto mientras este no paraba de gritar sus canciones.
Antes de las dos últimas canciones, Miriam simuló el final del concierto pero sus seguidores sabían que no sería así. Haciendo un guiño a Galicia cantaron Pousa, pousa, una de las canciones gallegas más típicas.
Miriam y su banda reaparecían para cerrar el concierto con ¿Qué hacemos? y Mejor sin miedo. Se creó un ambiente festivo para despedir una cita inolvidable y que dejaba con ganas de más.